Los autores del estudio advierten que las partículas son capaces de viajar a más de un metro por segundo y recorrer una distancia máxima de seis metros, incluso si se trata de una leve brisa.
Durante el experimento, los investigadores crearon una simulación virtual de cómo se mueven las gotas de saliva de una persona —tanto las grandes como las más pequeñas— cuando tose o estornuda, y tuvieron en cuenta factores como la humedad, la fuerza de dispersión, las interacciones entre las moléculas de la saliva y el aire y la evaporación de las gotas. Como resultado, descubrieron que una sola tos emite alrededor de 3.000 gotas, muchas de las cuales se mueven en direcciones diferentes. En cuanto al estornudo, puede liberar hasta 40.000 gotas de saliva.
"La nube de gotas afecta tanto a adultos, como a niños de distintas estaturas. Los adultos y niños más bajos podrían estar en mayor riesgo si se encuentran dentro de la trayectoria de las gotas de saliva que viajan", explicó el coautor del estudio, Dimitris Draikakis.
Además, agregó "este trabajo es vital, ya que se refiere a las guías de distancia de salud y seguridad, contribuye a una mejor comprensión de la propagación y transmisión de enfermedades transmitidas por el aire y ayuda a elaborar medidas de precaución basadas en resultados científicos".