El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, felicitó a Tsai por su "valor y visión liderando la vibrante democracia de Taiwán". La mandataria y su independentista Partido Progresista Democrático obtuvieron la reelección en enero con 57% de los votos.
"EEUU sabe que es un tema muy sensible. Por eso en esta espiral de tensión sobre China en el ámbito económico, comercial, tecnológico y político, también el factor Taiwán es muy importante y explica que Pompeo felicite a la presidenta", resumió a Sputnik Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China.
Esta relevancia es la que motiva a Washington a implicarse "como nunca en los últimos años en apoyar en todos los niveles a Taiwan, y esto puede ser un elemento de fricción importante en los próximos años".
Para el gigante asiático, "la cuestión de la reunificación nacional con Taiwán tiene que ver mucho con el orgullo histórico porque se remonta no ya al conflicto entre el Partido Comunista de China y el Kuomintang en la guerra civil [1927-1949], sino a finales del Siglo XIX cuando debió ceder la isla a Japón a consecuencia de haber perdido la guerra".
Idas y vueltas
China recuperó ese y otros territorios en el marco de la segunda guerra sino-japonesa que corrió en paralelo a la Segunda Guerra Mundial, entre el 7 de julio de 1937 y el 9 de septiembre de 1945.
Washington lo convirtió en un país reconocido por buena parte del planeta, algo que fue cambiando hasta el presente, siendo desconocido como Estado por la ONU desde 1971. El 25 de octubre de ese año se aprobó la Resolución 2758, que definió a la República Popular de China como "el único representante legítimo de China ante las Naciones Unidas".
"En los últimos cuatro años Taipéi perdió siete aliados diplomáticos más y EEUU aprobó hace escasas semanas una ley de apoyo a su proyección diplomática para tratar de frenar ese goteo en la pérdida de aliados", comentó Ríos.
¿Guerra fría o conflicto caliente?
A la guerra comercial, diplomática, tecnológica y arancelaria que 71 años después mantienen la primera y segunda potencia mundial, se sumó la sanitaria por la pandemia del nuevo coronavirus, conformando un escenario que muchos definen como una nueva Guerra Fría.
Sin embargo, el entrevistado dijo ser escéptico sobre que ese escenario se convierta en real, "entre otras cosas porque China no es la URSS. No está en aquella situación y tampoco está claro que la evolución internacional se oriente a la resurrección de una suerte de bipolaridad. Más bien evoluciona hacia un escenario más multicéntrico y fragmentado", añadió.
El experto también marcó otras diferencias "entre la Guerra Fría entre EEUU y la URSS y la relación que pueda existir entre EEUU y China", entre otras cosas por la fuerte "interdependencia económica y porque China no sitúa a la defensa como el mascarón de proa de su proyección internacional". Por el contrario, destacó Ríos, sus principales banderas son las comerciales y "su inmenso poder tecnológico".
Sin embargo...
"Habría muchísimos matices que hacer en esta posible reedición de Guerra Fría, lo que sí está claro que la administración de Trump parece interesado en reproducir este modelo que ya conoce pensando en una segunda victoria quizás", afirmó el director del Observatorio de Política China.
En este contexto, el entrevistado señaló que "la opción de la reunificación pacífica prima sobre cualquier tipo de acción de carácter militar por más que en el Ministerio de Defensa o en el Ejército Popular de Liberación pueda haber sectores que van por una solución militar cuanto antes".
Si bien la vía pacífica fue la definida por el presidente chino, Xi Jinping, los escenarios bélicos son contemplados e incluso ensayados. "Dentro de unos meses, en julio y agosto, el Ejército Popular de Liberación tiene previsto unas maniobras en el mar de China meridional", cuya hipótesis es la conquista de una serie de islas bajo control de Taiwán.
"La actividad militar en toda esa zona ha crecido mucho en los últimos meses. Los buques de guerra estadounidenses patrullan de forma constante en el estrecho de Taiwán mucho más que en años anteriores", describió Ríos.
COVID-19 y después
Ríos afirmó que la única victoria surgiría en caso de poder "incorporar una lección muy importante, de reivindicar el valor de lo público, de disponer de fuertes sistemas de salud y garantizar que la protección a las personas debe estar en el centro de las prioridades de cualquier Gobierno".