En un documento oficial, se establece la "orientación de tratamiento", con diferentes dosis en función de si se trata de pacientes con síntomas "leves, moderados o graves"; para los leves, por ejemplo, se recomienda tomar una dosis de 450 miligramos de cloroquina cada 24 horas.
Por ello, el texto deja claro que la prescripción será criterio del médico, y que será necesaria la voluntad declarada del paciente.
En el documento modelo creado por el Gobierno, el paciente tiene que estar de acuerdo con que la cloroquina y la hidroxicloroquina pueden causar "reducción de glóbulos blancos, disfunción del hígado, disfunción cardiaca y arritmias, alteraciones visuales y daños en la retina".
"Comprendí, por lo tanto, que no existe garantía de resultados positivos y que el medicamento propuesto puede incluso agravar mi condición clínica, dado que no hay estudios demostrando beneficios clínicos", dice el documento destinado a los pacientes.
Bolsonaro defiende el uso de la cloroquina desde el principio de la pandemia, lo que provocó tensiones con los dos exministros de Salud que ya dejaron el cargo durante la crisis del nuevo coronavirus.
Desde entonces, asumió el cargo de forma interina el número dos del Ministerio, el general Eduardo Palazuello, y el Gobierno aprovechó el impasse para publicar el protocolo favorable a la cloroquina antes de nombrar a un nuevo ministro.
La noche del 19 de mayo, Bolsonaro divulgó un video en sus redes sociales en el que bromeaba al proponer una forma de resolver la controversia por el uso de esta droga: "La gente de derecha toma cloroquina y la izquierda tubaína [un refresco]", dijo.
- Bate papo no Alvorada (19/05/2020). https://t.co/x4Pv2MUO95
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) May 19, 2020