Senegal, y especialmente, el puerto de su capital, Dakar, tienen un problema con el tráfico de drogas que se reaviva por momentos: entre enero y abril de 2020 se han confiscado en alta mar y en el puerto de Dakar nada menos que seis toneladas de hachís y 120 kilos de cocaína.
Hasta ahora no era un problema candente, pero tal y como alerta la organización dedicada a luchar contra el crimen organizado Enhancing Africa's Response to Transnational Organized Crime (Enact), "ahora las redes criminales han reelaborado su estrategia, convirtiendo el puerto de Dakar en nuevo centro subregional para el tráfico de cocaína", en palabras del experto Mouhamadou Kane.
¿Por qué Dakar y no otro lugar?
Lo cierto es que puede resultar sorprendente que un país como Senegal adolezca de un problema así, especialmente teniendo en cuenta la eficacia característica de los servicios aduaneros de ese Estado. Pero hay dos factores que convierten a este país y, concretamente, al puerto de su capital en un objetivo clave para las bandas.
El primero y más evidente es el hecho de que el puerto de Dakar es el tercer puerto más grande de África occidental, solo después del de Lagos (Nigeria) y Abiyán (Costa de Marfil). Por aquí pasa una gran cantidad de barcos a vela y portacontenedores con destino a Europa y América.
El segundo factor viene determinado por la situación geográfica de Senegal: "Los países con salida al mar son el objetivo preferido de los cárteles sudamericanos. Ya en 2016 la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) nombró a Senegal, Cabo Verde y Ghana como los principales centros de tráfico de cocaína" de la región, sostiene Mouhamadou Kane en una entrevista con Sputnik.
Problema generalizado en la región
Dakar es uno de los principales objetivos para estos delincuentes, pero no el único. A principios de 2019, Cabo Verde detuvo la mayor remesa de cocaína de la historia del país, 9,5 toneladas.
Por su parte, en el Golfo de Guinea se encontraron en diciembre 750 kilogramos de cocaína, concretamente en el puerto de la ciudad de Cotonú, en Benín. Este país sigue siendo el destino favorito de los traficantes de drogas que suministran grandes cantidades de drogas sintéticas, como la metanfetamina.
Las autoridades de los países de la zona son conscientes del problema y cooperan desde hace años para garantizar una gestión efectiva y libre de corrupción de la lucha contra el narcotráfico en su territorio.
"La Comunidad Económica de Estados de África Occidental elaboró en 2008 un plan de acción para combatir el tráfico de drogas con el apoyo de la Onudd. En 2009 se puso en marcha la Iniciativa de la Costa del África Occidental para luchar contra los traficantes de drogas de manera coordinada a través de unidades de delincuencia transfronteriza entre países como Costa de Marfil, Sierra Leona, Guinea Bissau y Liberia", explica Muamadou Kane.
Pero, ¿por qué es el narcotráfico tan difícil de combatir?
No hay que olvidar que las personas que se dedican a este tipo de actividades suelen ser muy astutas. Los narcotraficantes son pragmáticos y flexibles y no tienen problemas para adaptarse a situaciones de lo más diversas y seguir consiguiendo sus objetivos. El comisario Cheikhna Keita, de la Oficina central de represión de tráfico ilícito de estupefacientes de Francia (Ocrtis), pone un ejemplo.
"Los traficantes actúan de manera inteligente. Envían varios cargamentos a la vez. Cuando quieren exportar 10 toneladas de cocaína a algún lugar, envían 100 toneladas. Así tienen la garantía de que una parte de la cantidad llegará al destino antes de ser interceptada. Están muy bien organizados", dijo Keita al portal senegalés Emedia.