África es el continente con mayores recursos naturales, sobre todo de hidrocarburos y reservas minerales. En la década de los 60 se descubrieron importantes yacimientos de petróleo en el subsuelo y las grandes potencias se lanzaron a su conquista.
Es en el siglo XXI cuando China extiende su presencia a casi todo el continente, favoreciendo el intercambio de bienes entre los países en desarrollo, esta nueva iniciativa de cooperación Sur-Sur ha de aumentar la rivalidad económica entre Washington y Pekín. La inestabilidad provocada durante años por Occidente a causa de los altos índices de desempleo, sumado a la corrupción de la clase política finalmente servirán de carnaza a los grupos yihadistas que operan en la región del Shael y supone la militarización de Libia tras la guerra civil.
El conflicto comercial entre EEUU y China fue una de las razones de la desaceleración récord de la economía china en 27 años.https://t.co/EDshgofHNQ#tradewar
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) July 17, 2019
Desde que la OTAN interviniera en Libia, avalada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en misión 'humanitaria', la nación magrebí se encuentra sumida en el caos y la lucha por poseer el control de los hidrocarburos. En la capital, Trípoli, el autodenominado Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) apoyado por Turquía, pactó en noviembre un compromiso marítimo y de cooperación en seguridad con su protector, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
El acuerdo turco-libio sobre fronteras marítimas no permite a la isla de Chipre tener una zona económica exclusiva (ZEE), algo considerado ilegal por el derecho internacional según el grupo de países formado por Grecia, Chipre, Israel, Egipto y Francia. Se trata del mismo grupo de poder que está apoyando al Ejército Nacional Libio del comandante Jalifa Haftar en su lucha contra el Gobierno de Trípoli.
Libia es la tercera nación del continente en volumen de barriles de petróleo exportado. En 1970, el coronel Muamar Gadafi, tras derrocar al régimen monárquico exigió que se retiraran las bases extranjeras y fueran nacionalizadas algunas empresas petroleras, la iniciativa convirtió a Libia en el Estado africano con mayor PIB. Actualmente el ejército de Haftar ha paralizado prácticamente todos los yacimientos, los jeques de las tribus leales al comandante han puesto como principal condición para reanudar las exportaciones el reparto justo de los beneficios por la venta de hidrocarburos entre las cuatro regiones, pero las pocas probabilidades de un armisticio entre los bandos enfrentados no garantiza el proceso democrático necesario para llegar a un acuerdo.
El Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento favorable de la economía en el África Subsahariana durante los próximos años.
En 2016 fue elegido presidente Muhamadu Buhari. Durante su mandato la economía entró en recesión, desde entonces el desempleo, el terrorismo y la pobreza han convertido a Nigeria en el séptimo país del mundo con menor esperanza de vida, superando a la India en el número de personas que viven en situación de pobreza extrema, prácticamente la mitad de su población.
El destino de las decenas de miles de migrantes capturados por las bandas criminales en Libia es la esclavitud o la muerte, tres cuartas partes de ellos provenían del sur de Nigeria, concretamente del delta del Níger. En la desembocadura del río Níger se ubican extensos yacimientos de la empresa anglo-holandesa Shell y ENI, de propiedad italiana, culpables del vertido de petróleo en sus aguas durante años, hasta convertir la región en uno de los lugares más contaminados del planeta y privar a la población de los necesarios medios de subsistencia. El golfo de Guinea, donde desemboca el río Níger, se ha convertido en el principal foco de piratería en África occidental.
Francia aprovecha el estatus colonial para liderar la lucha antiterrorista en Malí y Burkina Faso contra las milicias del Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS), prohibido en Rusia. Recientemente el grupo G5 cuestionó al presidente Macron la presencia de las tropas galas en su territorio a lo que el político respondió amenazando con plantearse la retirada total del ejército. Las desavenencias procedían del Forum Rusia-África celebrado el pasado mes de octubre donde el dirigente chadiano, Idriss Déby, afirmó que "el apoyo de la Federación de Rusia es vital para reforzar la estabilidad regional". Moscú está ampliando sus relaciones en materia de cooperación militar con multitud de países africanos, una iniciativa que podría servir para implementar estrategias de seguridad compartidas con Europa en la lucha contra la insurgencia islamista.
La mayoría de la población africana aprueba la influencia del gigante asiático en su desarrollo, influencia que ha arrastrado a Occidente a una crisis de legitimidad. Con Pekín han mejorado en calidad de vida (sanidad y alfabetización) pero la sola exportación de productos básicos o los préstamos por valor de millones de dólares provocan desigualdad en la relación. Para las naciones africanas la dependencia económica de China puede ser el mal menor del proceso de globalización a la vez que una alternativa a la hegemonía de EEUU.