No tardó el presidente en decretar la cuarentena. Era el 20 de marzo, y la nación ya temía por su sistema sanitario.
Da cuenta de ello la médica Graciela Guaragna, especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital General de Agudos Dr. Teodoro Álvarez, situado en el barrio de Flores (suroeste) de la ciudad de Buenos Aires.
"No alcanzamos los 20 pacientes internados, cuando contamos con casi 250 camas, y unas 8 de terapia intensiva", explica a Sputnik.
El sistema funciona de manera aceitada pese al aumento de casos en villas de emergencia y asentamientos precarios. La Villa 31, al norte de la capital argentina, presenta el mayor número de contagios, seguido de la Villa 1-11-14, donde algunos de sus residentes fueron derivados al Hospital Álvarez, mientras las autoridades siguen a los contactos estrechos de pacientes con COVID-19 para cerciorarse del alcance de la infección.
Para atender un eventual pico de casos, el Hospital Álvarez cerró todas las salas de cirugía y preparó dos salas especiales para atender a los pacientes con COVID-19. No llegó el colapso. El mayor número de infecciones se registró en las últimas horas, con 231 contagios nuevos. La mayoría presentan un cuadro entre leve y moderado. Sólo tres pacientes internados en terapia intensiva fallecieron desde el comienzo de la pandemia.
Patrones del coronavirus
El cuidado de pacientes con coronavirus le permite a Guaragna deducir que la contagiosidad es mayor entre los jóvenes, mientras que los niños resultan menos afectados. La letalidad, por el contrario, es mayor entre los pacientes mayores de 70 años, "aunque hay pacientes jóvenes con antecedentes patológicos previos, como hipertensión, diabetes u obesidad, que presentan una peor evolución y requieren de un tratamiento un poco más intensivo, no sólo de sostén", señala.
Aunque hay poca evidencia científica, la Sociedad de Infectología y de Terapia intensiva aconseja el empleo de dos antibióticos:
- la hidroxicloroquina, un antiparasitario para la malaria;
- lopinavir-ritonavir, utilizado para casos de HIV.
En sus 28 años de profesión, Guaragna nunca había visto ninguna patología comparable al COVID-19.
"La anterior pandemia de H1N1 en 2009 tuvo otro comportamiento, con un virus más efectivo en ese momento porque los pacientes se infectaban rápidamente y morían. En este caso, el coronavirus es más contagioso pero no es tan letal", asegura.
"Ni siquiera el sida se comportaba así".
Costo emocional
La secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzoti, reconoció el 17 de abril que el 14% de los infectados por COVID-19 era personal de salud, pues había 374 profesionales contagiados entre las 2.669 personas que hasta ese momento habían contraído el virus.
A casi tres meses del inicio de la pandemia, en Argentina pierden fuerza los aplausos de reconocimiento que cada día a las 21.00 hora local resuenan desde los balcones para agradecer el trabajo del personal de salud. Con hasta 15 horas de trabajo diarias, Guaragna admite el desgaste personal y emocional que supone la emergencia para médicos y enfermeras.
"En nuestro grupo tenemos el apoyo del grupo de Psicopatología, porque esta situación nos afecta mucho, primero por el tipo de patología que es, que nos sorprendió a todos", considera.
"Estamos sometidos a un desgaste total, pues no sabemos a qué nos enfrentamos. Nadie es experto y me incluyo, con casi 30 años de médica y 22 de especialista".
A diferencia de lo que predomina en Europa, el personal sanitario debe además recurrir al multiempleo para vivir con cierta dignidad. "Yo, por ejemplo, tengo tres trabajos, pues también atiendo en clínicas", revela la doctora. "Al final del día estás agobiada, con ganas de llegar a casa y no hacer nada más que darte un baño y tirarte a descansar".
Guadagna fue contactada por usuarios no sólo de Argentina, sino de Colombia, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
"He pasado cientos de consultas hasta las 2 o 3 de la madrugada durante el mes de marzo, fue tremendo", reconoce. "La gente consultaba sin parar porque buscaba respuesta cuando no tenía a quien recurrir, así que fue grandioso, aunque llevó un gran trabajo".
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció que la cuarentena vigente desde el 20 de marzo continuará en las mismas condiciones hasta el 24 de mayo para la ciudad y la provincia de Buenos Aires, donde se concentran el 70% de los nuevos casos.