En el confinamiento no hay posibilidad de buscar un escape a los problemas de pareja, a lo que se suma la angustia por la pandemia y la preocupación por el trabajo y la economía. Esta situación repercute en la relación y trae como consecuencia la aparición de conflictos que estaban ocultos y la falta de deseo sexual.
Agregó que al inicio de la pandemia el impacto psicológico y sexual fue muy importante. Las parejas consultaban por estar pasando largos períodos de abstinencia sexual preocupadas por el contagio, la supervivencia y las posibles consecuencias. La convivencia "24/7" entre ellos, y con los hijos, también afectaba su vínculo.
"Nosotros intervenimos porque empezaron a aparecer conflictos en las relaciones, más acentuados de los que experimentaban antes. Pero el aislamiento social y el encierro también son una oportunidad para reforzar la pareja. Puede ser un momento oportuno para tratar los problemas que antes no había tiempo de hablar, encontrar soluciones y ponerlas en práctica", dijo la especialista.
En el aspecto sexual, tener más tiempo y estar menos cansados por no realizar otras actividades permite depositar más energía en el sexo, despertar la creatividad en la cama y, por primera vez, "empezar a tener espacio para la pareja".
"Creemos que terminada la cuarentena muchas parejas pueden salir fortalecidas en el afecto y en la sexualidad, si trabajan con inteligencia emocional e intentan usar el confinamiento como oportunidad para resolver las dificultades que tienen. Otras parejas quizás salgan más desgastadas al no encontrar las herramientas necesarias para resolver los conflictos", concluyó Pombo.