"La curva es la representación visual de la ocurrencia de la epidemia, un fenómeno que no se puede detener ni evitar, pero sí se puede reducir, hacerla menos impactante", explicó el l subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, encargado de presentar la información relevante en torno a la pandemia de COVID-19 en México.
Según explicó el funcionario, matemáticos coordinados por el Consejo Nacional de ciencia y tecnología (Conacyt) hicieron dos predicciones de lo que podría ocurrir en la capital mexicana, basándose en los primeros casos ocurridos antes del punto de inflexión (también llamado brote o crecimiento exponencial).
Estas predicciones fueron presentadas en dos curvas: una reflejando el comportamiento de la pandemia sin ninguna medida de mitigación y la otra, aplicando medidas de distanciamiento social. Es a partir de la comparación de estas dos estimaciones de dónde se obtienen las cifras de disminución que se citan a continuación.
"Según la predicción sin intervención de mitigación, en el momento del pico, la curva representaba la ocurrencia de 38773 contagios en la ciudad de México, mientras que la estimación de casos acumulados a 61 días de intervención fue de 11.212 casos. Esto representa una reducción del 74% de contagios en la capital mexicana", apuntó.
Más números
Sputnik consultó al Doctor en matemática, Gustavo Cruz Pacheco, investigador del Instituto de investigaciones en matemática aplicada y sistemas de la UNAM para entender mejor qué significan estas cifras.
Según sus cálculos del R0 —un modelo matemático que permite medir la propagación de enfermedades infecciosas y apreciar la velocidad a la que suben los datos más allá de su tamaño en sí—, Ciudad de México registra un R0 global de 1.6 o 1.61 tomando datos de todo el proceso.
"Nuestras medidas del aplanamiento de la curva de contagios coinciden bastante con las que reporta la Secretaría de Salud, ellos lo presentan en términos del período de duplicación pero el cálculo es equivalente", señaló el experto en diálogo con este medio.
El matemático explicó también que la otra cara de este éxito hace que la epidemia se extienda el tiempo.
"Al bajar el ritmo al que se está infectando la gente, se producen dos efectos: que se baja la altura del pico de la curva (se dan menos contagios en términos absolutos) pero también se extiende en el tiempo. No se puede bajar el pico y que el brote dure la misma cantidad de tiempo: siempre que se baja el pico, se extiende su duración", concluyó.