El 24 de abril la cancillería de Paraguay, en su calidad de presidente pro tempore del bloque, dio a conocer la decisión argentina de retirarse de las negociaciones de libre comercio que venía adelantando el Mercosur con Corea del Sur, Líbano, India y Canadá.
Argentina decide retirarse de las negociaciones externas que emprende el #MERCOSUR.https://t.co/S1yqvSt87s pic.twitter.com/Mf5YNXwnBX
— Ministerio de Relaciones Exteriores (@mreparaguay) April 24, 2020
Parecía un portazo al proceso de integración regional y la forma encontrada por el Gobierno de Alberto Fernández para marcar un "distanciamiento político" del Brasil de Jair Bolsonaro. La urgencia de Brasilia por cerrar acuerdos ya en curso, apoyada por los otros dos socios del bloque que están en la misma sintonía ideológica, Uruguay y Paraguay, contrastan con la coyuntura argentina.
"El proceso de la primera fase de la negociación del Acuerdo Unión Europea-Mercosur se cerró entre bambalinas", apuntó. "Ninguno de los actores políticos por fuera de los poderes ejecutivos y ninguno de los actores sociales, y menos aún económicos, como cámaras empresariales e industriales, fueron partícipes del proceso y de las consecuencia que la firma de ese acuerdo tenía", añadió.
Diferentes velocidades
De acuerdo con Porcelli hay aspectos de los acuerdos comerciales en discusión que podrían dañar más que beneficiar a la economía argentina.
Mencionó como particularmente complejos el acuerdo con Corea del Sur, el que está más avanzado; con India porque "tiene una gran capacidad de producir bienes industriales"; y finalmente con Canadá, "quizá el menos mencionado en la prensa pero que es muy relevante para Argentina porque es un competidor de commodities".
Desde su perspectiva, tras la comunicación del 24 de abril, el Gobierno argentino "tamizó" su postura. Destacó que en el último comunicado se plantea que el país "no puede acompañar esta velocidad o esta aceleración en las negociaciones”, pero remarcó que "no va a ser obstáculo".
Teniendo en cuenta que la decisión 00/32 del Mercosur determina que los acuerdos comerciales deben ser aprobados por todos los miembros plenos, Porchelli cree que está norma "debería ser de alguna manera modificada (...) quizá sea momento de establecer elementos jurídicos que permitan un Mercosur a dos velocidades, flexible".
El docente comentó que el canciller argentino, Felipe Solá, ya tiene algunas opciones para empezar a intercambiar a partir de este martes 5. "Están circulando borradores al interior del propio Gobierno" sobre el "factor económico" que implica "flexibilizar el Mercosur".
Cambiar para seguir
Para Porchelli hay mucho más "fuego de artificio que de realidad, porque en este marco ¿quién tiene capacidad de ponerse a negociar el escenario futuro? La propia negociación del Brexit está frenada", ejemplificó a la hora de dimensionar el alcance real de la situación.
"Creo que acá pasan varias cosas. Por un lado el Gobierno argentino tiene que dar señales hacia su propio país y hacia los socios. Por el otro lado, el Ejecutivo de Bolsonaro está dispuesto a avanzar todo lo que pueda porque no sabe cuál va ser su duración, y a la vez el de Uruguay necesita mostrarse activo", enumeró.
Aludió con esto al rol que el Gobierno del presidente Luis Lacalle Pou, que asumió el 1 de marzo, y que se propuso ser un intermediario entre los "socios mayores". Para el experto, el escenario hacia adelante tiene que ver con cómo se modifican algunas de esas partes de ese triángulo.
Sin embargo, “si uno tiende a desarmar el Gobierno de Bolsonaro, se ve que no toda la coalición que lleva adelante esa gestión es igual (...) la propia ala militar no tiene una mirada antiargentina como expresa el propio Bolsonaro".