"Hoy he salido a correr diez kilómetros, que era mi recorrido habitual antes del confinamiento. Está lleno de gente, pero lejos de quejarme me parece chulo que todos se animen a hacer deporte", cuenta a Sputnik desde la Gran Vía de Barcelona Roger, un corredor barcelonés que desde marzo solo salía de su domicilio para hacer la compra o tirar la basura.
Parecía un sábado cualquiera en Barcelona, con los paseos y avenidas llenas de gente que salió a aprovechar un fin de semana primaveral, si no fuera por los comercios y restaurantes cerrados, la abundancia de mascarillas y el visible espacio entre transeúntes.
Por primera vez desde que el Gobierno español decretó el estado de alarma por la pandemia del coronavirus, miles de españoles tomaron un descanso del estricto confinamiento que mantenían desde el 14 de marzo.
A pie, en patinete o en bici, miles de personas aprovecharon las cuatro horas de permiso matutino decretadas por el Gobierno para mover el cuerpo fuera de las paredes de sus domicilios.
Los lugares más concurridos fueron sin duda los paseos marítimos, avenidas verdes y senderos, que en algunos momentos tenían tanta afluencia de gente que se hizo difícil mantener la distancia de seguridad.
"No sé si es un cambio de paradigma y si lo que vemos hoy va a ser conyuntural, pero quién sabe, quizás de aquí sale algo bueno", reflexionaba Roger, publicista de profesión, al ver la multitud de personas que escogieron las primeras horas de libertad tras dos meses para ejercitarse.
Otros optaron por dar un paseo, solos o acompañados de otra persona, tratando de respetar las medidas de seguridad y la mayoría con mascarilla.
Es el caso de Marisa y su hermana, que salieron a caminar por la emblemática Rambla de Catalunya de Barcelona, una avenida habitualmente ocupada por los turistas que hoy disfrutaron en exclusiva los vecinos del céntrico barrio del Eixample.
Aunque en muchas ciudades de España las zonas verdes se mantuvieron cerradas, el Ayuntamiento de Barcelona optó por abrir algunos parques y cerrar el tráfico de vehículos en ciertas calles con el fin de evitar aglomeraciones.
No obstante, la acumulación de personas fue inevitable en los sitios más populares para hacer deporte, como la carretera de les Aigües o el paseo marítimo de la Barceloneta, donde la policía tuvo que intervenir para mantener el distanciamiento.
"La ejemplar disciplina social nos trae un pequeño alivio. Ahora viene una etapa en la que recuperaremos poco a poco espacios", trasladó a los ciudadanos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa televisada a la hora de comer.
El presidente aseguró que la población "se merece" el relajamiento de las restricciones pero advirtió que todavía hace falta "prudencia" y "responsabilidad personal", especialmente en cuanto a la higiene y el distanciamiento social.
A las 10 de la mañana, bastante puntuales, los vecinos del centro de Barcelona se dirigían de nuevo a sus domicilios. Era el turno de los mayores de 70 años, hasta las 12 del mediodía, cuando toca salir a los niños.
No todo fueron alegrías para este colectivo, uno de los más vulnerables al COVID-19. El riesgo por el coronavirus persiste y es mayor para los ancianos, que constituyen el 80% de fallecimientos por esta enfermedad en España.
Rosario, de 89 años, afirma por teléfono que no tiene intención de salir este fin de semana.
"No tengo prisa y todavía tenemos mucho miedo, yo la verdad es que no tengo ganas de estar en la calle", explica a Sputnik.
España alcanzó este 2 de mayo la cifra de 25.000 fallecidos por coronavirus, mientras que el total de casos en todo el país suma más de 216.000.
Pese a la gravedad de estas cifras, el presidente del Gobierno español celebró los números positivos: seis de cada diez enfermos de COVID-19 se han recuperado por completo de la enfermedad.
El próximo lunes, día 4 de mayo, se activarán nuevas medidas de desescalada, como la apertura de peluquerías y otros establecimientos que admiten cita previa, además de restaurantes y cafeterías, que podrán recibir a clientes para recoger pedidos.
No obstante, Sánchez instó a los ciudadanos a "no bajar la guardia" y extremar la higiene y el distanciamiento, bajo el riesgo de que un nuevo brote les arrebate la libertad que hoy recuperaron.