El Día del Elba es un acontecimiento muy importante en la historia de la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, aquel día quedó claro que por fin la Alemania nazi estaba derrotada y que ya no conseguiría cobrar fuerzas para devolver el golpe. Asimismo, este encuentro significó que los nazis, cuyas fuerzas principales a partir de entonces se encontraron divididas, no tendrían ninguna otra opción más que rendirse.
Entretanto, en el Frente Occidental todavía permanecían 60 divisiones, entre ellas, cinco divisiones de taques. Las fuerzas de los aliados cruzaron el río Rin en abril, en la parte oeste de la Alemania nazi, y terminaron la eliminación de la agrupación militar en la región de Ruhr —el área industrial más importante y una de las zonas más pobladas del país—. Las fuerzas de los aliados liberaron Dresde, Magdeburgo y otras urbes alemanas.
El Ejército Rojo, por su parte, avanzaba con cierto retraso porque los nazis concentraron más fuerzas en el Frente Oriental y dieron batalla a las fuerzas soviéticas. Todas las acciones del Ejército Rojo y de los ejércitos de los demás aliados eran coordinadas según los acuerdos alcanzados durante la Conferencia de Yalta entre Stalin, Roosevelt y Churchill a principios de febrero de 1945.
El día fatídico para los nazis
Las unidades de la 69 División de Infantería del Primer Ejército estadounidense y los integrantes de la 58 División de Fusileros que formaba parte del Primer Frente Ucraniano fueron los más cercanos uno a otro y, como consecuencia, fueron los primeros en reunirse cerca de Torgau. Inicialmente, las unidades del Ejército Rojo habían recibido la orden de pararse en las orillas del Elba, mientras los militares estadounidenses tomaron posiciones en el río Mulde, a una distancia de 25 kilómetros.
El mismo día un poco más tarde se celebró otro encuentro que fue protagonizado por el teniente estadounidense William Robertson y el teniente del Ejército Rojo Alexandr Silvashko. Este histórico evento tuvo lugar en el puente semidestruido sobre el río Elba, en la ciudad de Torgau. Ambas partes enseguida comunicaron el evento a sus superiores. El día siguiente se tomó la legendaria fotografía de Robertson y Silvashko abrazándose uno a otro.
La foto de los tenientes soviético y estadounidense estrechándose las manos en el Elba en cuestión de horas fue publicada en numerosos medios en diferentes países. La capital de la URSS, Moscú, celebró este histórico encuentro, que marcó el día fatídico para la Alemania nazi, con 24 salvas de artillería de 324 cañones. Las celebraciones también tuvieron lugar en Times Square, en Nueva York.
En otras palabras, Estados Unidos y la Unión Soviética juntos pusieron el último clavo en el ataúd del Tercer Reich, lo que acercó la pronta llegada del día de la derrota de la Wehrmacht.
El espíritu del Elba
El encuentro en el río Elba en abril de 1945 se convirtió en el símbolo de la cooperación entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Es importante recordar la contribución que hicieron los pueblos de los dos países a la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial y hasta el día de hoy este ejemplo sirve como prueba de que EEUU y Rusia pueden cooperar entre sí.
Las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética han sido difíciles. Sin embargo, la conmemoración del Día del Elba nos recuerda que hubo tiempos en los que ambos países fueron aliados. Lamentablemente, después de la guerra los caminos de Moscú y Washington se separaron por razones ideológicas y las relaciones entre los dos empeoraron considerablemente y desencadenaron en la Guerra Fría.
El encuentro histórico entre los soldados soviéticos y estadounidenses en el Elba tuvo un profundo significado simbólico. El 25 de abril recordamos la proeza de los soldados de ambos países en su incansable lucha contra el nazismo y el fascismo. Recordamos a las víctimas que sufrieron los dos países. Y, por último, recordamos que Moscú y Washington, pese a las complicaciones en las relaciones bilaterales, sí pueden cooperar en ámbitos de interés común.