Igual que su madre, quien vivió hasta los 101 años, Isabel II gozó siempre de buena salud. Por su edad, sin embargo, se encuentra en el umbral de la población de riesgo, y parece natural que tome precauciones. De hecho, está en cuarentena preventiva junto con su marido, el príncipe Felipe, de 98 años, desde hace más de un mes.
Por otra parte, es cierto que la monarca tiene acceso a un equipo médico de alta calidad, pero otra de las teorías que suelen manejarse es el factor genético. La investigadora británica Sarah Harper indicó a la BBC que hay una relación genética en la longevidad. Es decir, si tus padres y abuelos alcanzaron los 80 o 90 años, "es más probable que tengas un fuerte sistema inmune y menos posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas graves, como cáncer o trastornos cardiovasculares".
Aunque la madre de Isabel II vivió 101 años, el padre, Jorge VI del Reino Unido, falleció a los 56. Asimismo, los abuelos maternos Claude Bowes-Lyo y Cecilia Cavendish-Bentinck, llegaron a cumplir 89 y 75 años respectivamente, algo parecido a los abuelos paternos de Isabel II: cuando fallecieron, Jorge V tenía 70 y María de Teck, 85 años.
En cuanto al alcohol y la salud, si bien ha sido un tema muy investigado, un estudio de la revista científica The Lancet bajo el título "Ningún nivel de consumo de alcohol mejora la salud”, explica que las cifras "demuestran claramente el sustancial impacto negativo que tiene el consumo de alcohol sobre la expectativa de vida, las discapacidades y enfermedades a nivel global”, indica el texto.