Desde el 17 de marzo al 14 de abril en España se han producido un total de 54.263 fallecimientos, de los cuales 19.130 han sido a causa del coronavirus en el momento en el que se escribió este artículo. El impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la mortandad en España ha supuesto un crecimiento del 67,6% de los fallecimientos habituales.
El Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria que lleva a cabo el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) ha detectado un exceso de 21.882 defunciones entre el 17 y el 14 de abril de 2020 con respecto a la estimación promedio basada en medias históricas (32.382 fallecimientos).
Previamente, la Comunidad de Madrid, la más afectada por la pandemia, ya había suspendido los velatorios durante un mes con independencia de la causa del fallecimiento para frenar la propagación del coronavirus y las morgues levantadas temporalmente en Madrid para descongestionar los hospitales, siguen acogiendo cada día centenares de cadáveres y surge una cuestión.
Según el protocolo 'Protocolo de manejo de cadáveres de casos de coronavirus Covid-19' tanto la cremación como el entierro son opciones válidas para las autoridades. Pero, ¿habrá féretros para todos? ¿Es la cremación una opción ahora más accesible para las familias?
¿Habrá ataúdes para todos?
"Desde la asociación calculamos que el 92% de la demanda extra la están atendiendo los fabricantes españoles, y el resto algunas empresas españolas que importan ataúdes de China y de Portugal", explica Iberataud en respuesta a Sputnik.
Aunque la asociación considera que en España se fabrican en situaciones normales muchos más ataúdes de lo que el mercado necesita, la funeraria Mémora —la mayor funeraria de España y Portugal— ha confesado a este medio que el aprovisionamiento de ataúdes, los cuales están fabricados de maderas provenientes de talas controladas, ha sido un poco más complicado que en otras ocasiones, pero que por su parte no habrá problemas de abastecimiento "salvo que esta situación de tantos fallecidos durase mucho más tiempo".
"El aprovisionamiento ha sido un poco más complicado pero nuestra fábrica tiene garantizado el aprovisionamiento del mismo, con lo cual podemos seguir trabajando. Hemos triplicado la producción en nuestra fábrica en Barcelona y somos la única empresa española con fábrica propia, lo cual asegura también el aprovisionamiento en esta crisis".
¿Es la cremación ahora un servicio más demandado?
España es el país con más hornos crematorios de Europa según datos facilitados por Panasef, Asociación Nacional de Servicios Funerarios.
Ante la crisis del coronavirus, la cremación o la incineración está siendo la opción por la que más familias apuestan para salvaguardar a sus seres queridos. "Se ha incrementado la opción de la cremación de manera importante quizá por varios motivos: el primero, muchos de los fallecimientos son muertes no esperadas con lo cual muchas familias deciden esta opción por ser una más sencilla, no hay que tener una propiedad, una tumba en un cementerio y eso facilita la toma de decisiones", afirman desde Mémora.
"Otro motivo es que la toma de decisiones respecto a los servicios funerarios estos días la está realizando más habitualmente una generación más joven de lo habitual, con lo cual la tendencia que los últimos años hemos ya visto en cuanto al crecimiento de incineración respecto a la inhumación también se ha disparado en este sentido".
Un aspecto a tener en cuenta es que la cremación también implica la utilización de un ataúd en España y en otros países del mundo con lo cual esta práctica "no hace que haya una diferencia de la utilización de un ataúd" ni tampoco ha aumentado su contratación por la ausencia de ataúdes, explica el responsable de la funeraria Mémora.
Pero, ¿cuáles son las razones para qué la gente apueste más por la incineración? Aparte del precio (es más barata que el entierro tradicional), para el responsable de Mémora una de las motivaciones sociológicas que pueden estar asociadas a este incremento es la posibilidad de mantener una urna, que es algo tangible, la representación del cuerpo de la persona fallecida y poder rendir un homenaje posterior a ceremonia con la urna presente.
"No deja de ser la 'tangibilización' de esa persona y la no desaparición física. No puedes celebrar una ceremonia con el cuerpo presente una vez acabe la crisis, pero con una urna y las cenizas del difunto sí que sería posible".
Negocio millonario
Tener una empresa funeraria significa generar enormes beneficios. En 2018, el sector funerario facturó 1.530 millones de euros, según cifras de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef). Según sus propios datos, en España operan unas 1.300 empresas de servicios funerarios de las que el 80% cuentan con una cifra de negocio superior al millón de euros.
Muchos han querido aprovechar la situación para inflar los precios, pero el Gobierno ha concretado que los precios de los servicios funerarios no podrán ser superiores a los vigentes antes del 14 de marzo cuando se decretó el estado de alarma en España, según ha informado el Ministerio de Consumo en un comunicado.
A pesar de ello, la mayor funeraria de España, Mémora, considera que son "una víctima más de esta crisis":
"Naturalmente que el número de servicios se ha incrementado, pero no pueden prestar los servicios de la manera habitual, que conlleva la celebración de velatorios, ceremonias… todo este tipo de servicios se han convertido en servicios puramente logísticos: de traslado de hospital a depósito y de depósito a destino crematorio".
Ataúdes de cartón como alternativa
Por su parte, Javier Ferrándiz, un ingeniero informático que vende ataúdes homologados desde 100 euros —en un panorama español donde los féretros rondan los 750 y 1.000 euros— aboga por el uso de ataúdes de cartón para ayudar a las familias y darles una opción más ecológica y económica a la hora de enterrar un ser querido. "Me niego a que el coste sea superior a los 300 euros", asegura a Sputnik.
Ferrándiz es el dueño de la empresa RestGreen, creada hace 11 años. La compañía nació en respuesta a una demanda real de una alternativa ecológica a los tradicionales ataúdes de madera y con la voluntad de participar en la construcción de la nueva imagen del sector funerario. Importó la idea de los ataúdes de cartón de otros países donde está permitido y la empezó a desarrollar aquí en España.
"En países como Estados Unidos, Inglaterra, Sudamérica y Francia este tipo de práctica es muy habitual. Me costó mucho obtener la homologación, pero al final la logramos y nos encontramos con el sector mortuorio no quiere que entremos en el mercado", sostiene Ferrándiz.
En Ecuador, uno de los países de Sudamérica con mayor número de contagios y decesos por coronavirus, se ha empezado a utilizar exitosamente el uso de los ataúdes de cartón. ¿Por qué en Ecuador sí y en España no? Ferrándiz considera que la diferencia está en que el sector se niega a aceptarlos: "Aquí, en España, te exigen una serie de medidas que yo he cumplido, pero allí las autoridades han dejado que se utilice y aquí el sector sigue sin aceptarlo ni dar opción a las familias".
"No obstante, independientemente de los grosores y de la normativa, es mucho más ecológico utilizar un féretro de cartón ya sea para enterrar o para utilizarlo en la cremación de una persona. El ahorro energético que vas a tener es muy grande. Nuestra filosofía es que el cartón se degrade y desaparezca y el de madera no desaparece", confiesa.
El empresario español hace un llamado a las autoridades para que se liberalice el sector y dejen a las familias decidir libremente: "Deberían tomarse un poco más en serio liberalizar el sector y no limitar a las familias las opciones. Hay leyes en Europa que obligan a liberalizar los sectores y este en concreto (el funerario) no se liberaliza, sigue estancado y no deja que nadie entre en él. Las familias deberían poder elegir lo que quieran sin limitaciones".
A pesar de la negativa de muchas empresas funerarias, Ferrándiz afirma que la demanda de sus servicios en el último mes está creciendo: "He recibido esta última semana más de 200 peticiones de particulares para comprar mis ataúdes. Si eso se llegase a publicitar más, se abriría más el mercado, cosa que actualmente dudo mucho que ocurra".