"No hay que temer al virus, sino al ambiente que permite al virus propagarse sin control. Así es el ambiente de una megalópolis normal como Singapur y Moscú. En Moscú es imposible rastrear quién contactó a quién", dijo a Sputnik.
"Seremos testigos de cierta pandemia mental que en el horizonte del siglo XXI nos podría llevar a un nuevo sistema de asentamiento", afirmó.
El experto presume que las personas establecerán sus domicilios de forma que estén más apartados entre sí, lo que hará posible "aislar con facilidad a los virus en determinados segmentos de una ciudad, y será más fácil combatirlos".
Ivanov auguró que también cambiará el sistema de envíos a domicilio, que en su opinión será robotizado.
El futuro de la economía colaborativa
El urbanista opinó también que la economía colaborativa experimentará un auge fuerte después de que termine la pandemia del coronavirus.
"Se duplicará nuestra disposición de compartir cosas. Primero las prácticas colaborativas se reducirán, pero luego nos espera un auge de la economía colaborativa", dijo.
El experto afirmó que la comunicación mediante los servicios de internet elimina el límite entre lo público y lo privado, y lo mismo hacen los servicios de propiedad y uso común.
Ivanov apuntó que esta comunicación "incrementa la confianza en el capital social, y este tipo de confianza requerirá un nuevo tipo de intercambio material".
Justo por ello "prosperará el estatus público y privado de las cosas en la economía colaborativa", subrayó.
Debido a la pandemia de coronavirus en numerosos países quedaron paralizados los servicios de uso común como el servicio de vehículo compartido Blablacar, la plataforma de alquileres vacacionales Airbnb y préstamos de vehículos, entre otros.
En 2014 la consultora PwC pronosticó que hacia 2025 la economía corporativa generaría ingresos globales de 335.000 millones de dólares.
Impresoras 3D en vez de conservas
Además, los supervivencialistas del futuro no van a almacenar toneladas de alimentos conservados y armas porque tendrán las impresoras 3D con que reproducirán todo lo necesario, opinó Piotr Ivanov.
El cambio de la cultura, señaló, se ve impulsado por el desarrollo del movimiento 'feliz día del juicio final' ('happy doomsday' en inglés).
"Este movimiento ahora tiene muchos seguidores, sobre todo son hackers que luchan contra las corporaciones farmacéuticas creando fórmulas fáciles y accesibles para sintetizar los medicamentos", apuntó.
Ivanov afirmó que también forman parte de ese movimiento los adeptos del concepto DIY (siglas inglesas para 'Hágalo Usted Mismo').
"Se trata de personas que crean y divulgan por todo el mundo planos de sillas, mesas, casas que se podrán reproducir en máquinas de carpintería, fresadoras e impresoras 3D", indicó.
Desde el 11 de marzo, la OMS califica como pandemia la enfermedad COVID-19 causada por el coronavirus, SARS-CoV-2, detectado en la ciudad china de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (centro-este), a finales de 2019.
A escala global se han detectado más de dos millones de casos de contagio por el virus, entre ellos más de 128.000 decesos, según la universidad estadounidense Johns Hopkins. Casi 501.000 personas han superado la infección.