"Es cierto que hay dos brotes correspondientes a prisiones del Estado de México y de Yucatán, en ambos casos se trata de centros de reclusión estatales", dijo.
"[Aunque] se ha logrado encapsular y contener los brotes, todavía es temprano para considerar que han sido controlados; necesitamos esperar necesariamente 28 días que son dos periodos de infectividad, para estar tranquilos", indicó en entrevista para Notimex.
"Estos mecanismos pueden tener puntos de falla, por su puesto, no son infalibles. Lo que ha ocurrido es que se ha detectado que personal que trabaja en prisiones fue quien pudo haber incorporado la infección a los centros penitenciarios.
"No fueron las familias. Esto nos tranquiliza porque sabemos que no hay un brote comunitario asociado a un brote en los centros de reclusión, pero desde luego hubo una falla en la practica de los protocolos de bioseguridad", señaló.
"Agradezco a todas las familias de las personas que tomaron la medida con enorme responsabilidad. No recibimos una sola queja para las prisiones federales, estatales y centros de reclusión. Lo que nos habla de un gran sentido de solidaridad y responsabilidad", comentó.
La situación carcelaria en México
De acuerdo con el Diagnostico Nacional de Supervisión Penitenciara 2019, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), los centros estatales penitenciarios del país tienen una deficiencia del 66% en higiene y del 33% en los servicios de salud.
Además, el 33.33% de los centros estatales, al momento de las visitas de supervisión por parte la CNDH, presentaron sobrepoblación.
El subsecretario López-Gatell aseguró que "indudablemente podrían aparecer otros casos adicionales" a los ya registrados, pues durante estos días, desde el conocimiento del brote, puedo haber existido contacto entre alguien infectante y alguien susceptible.