Los presos colombianos se han movilizado en reclamo de excarcelaciones y elementos sanitarios básicos para protegerse del COVID-19. En las últimas semanas han habido fugas y motines que han terminado con 23 muertos y casi un centenar de personas heridas. Desde el 7 de abril está en curso una huelga de hambre a la que adhirieron reclusos de casi 90 cárceles de las 146 que hay en el país, donde –según Rengifo– hay cerca de 168.000 presos.
"Para buscar una solución inmediata al problema del COVID-19 en las cárceles, tendría que haber una reforma a la política criminal", resumió Rengifo.
#ColombiaEnEmergencia Presos de la cárcel la Picota (Bogotá) piden al presidente @IvanDuque que proteja sus vidas ante la pandemia de #COVIDー19. Vídeo gentileza de Manuel Rengifo, director de @FUNPRECOL pic.twitter.com/z2zrwawkl0
— Sputnik Reporteros (@Sputnik_Report) April 14, 2020
A su vez, la Defensoría del Pueblo pidió al Ministerio de Justicia que agilice la expedición del decreto que permitirá las detenciones domiciliarias de algunos presos en el país, luego del fallecimiento de dos internos de la cárcel de Villavicencio (centro) por COVID-19; al día de hoy, hay un recluso que permanece hospitalizado y otros 14 contagios.
El 23 de marzo el Gobierno decretó la emergencia carcelaria por el COVID-19 que, en teoría, beneficiaría a madres gestantes o de niños menores de tres años, personas mayores a los 60 años, que sufran alguna enfermedad crónica o tengan una pena de poca duración. Según estima Rengifo, bajo ese decreto se excarcelaría a unas 10.000 personas, cifra que "obviamente no va a representar la disminución del hacinamiento, es algo muy mínimo", objetó.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 12, 2020
En cambio, el director de la Federación de Pres.o.s de Colombia aseguró que si se aplicara la ley de jubileo que están reclamando los reclusos, se podrían excarcelar a entre 30.000 y 40.000 personas. Se trata de una ley que por única vez concede la rebaja de hasta la quinta parte de la pena a reclusos que cumplan determinados requisitos. "Esto ya una descongestión masiva", señaló Rengifo y agregó que, aunque no sería totalmente la solución", significaría que más internos estén "exonerados del COVID-19".
Además de la sobrepoblación carcelaria, subsiste otro problema: la escasez o inexistencia de elementos básicos de protección contra el nuevo brote de coronavirus. Rengifo indicó que ante la situación, el sindicato de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios han advertido que de no contar con los insumos en el correr de la semana, no irán a trabajar a las cárceles. "Si la misma guardia no tiene el equipo de bioseguridad necesario para custodiar los internos... los internos menos lo van a tener", señaló.