La simultaneidad de la matriz negativa es sorprendente. Bajo el paraguas de artículos de opinión, el Wall Street Journal, The Voice of America, Reuters, publican una compilación de sentencias y afirmaciones no solo sobre la situación social de Venezuela, en estos tiempos de pandemia, sino que con pasmosa candidez se atreven a hacer prospectiva de la situación sanitaria y económica del país, donde abundan frases como "crisis existencial" y "la amenaza de muerte para muchos venezolanos".
Vladimir Adrianza, experto en geopolítica y mercado petrolero internacional, en diálogo con Sputnik hizo una valoración sobre las principales matrices que el cartel monopólico de información ha diseminado sobre Venezuela.
Comenzamos con el contexto justo cuando se anuncia que, a pesar de la reticencia mostrada por México en recortar la producción petrolera para estabilizar los precios, el resto de países incluyendo Arabia Saudí, Rusia y Estados Unidos han convenido en llegar a una estrategia conjunta.
— ¿A qué le atribuye la caotización del mercado petrolero internacional? ¿A qué se debe la actitud de Riad de romper el acuerdo que tenía con Moscú?
Existen tres actores fundamentales en el mercado mundial del crudo en estos momentos: Estados Unidos, Arabia Saudí y la Federación de Rusia.
Por otra parte, a Estados Unidos solo le interesa la disminución de la producción de crudo de otros productores en el mercado mundial, de tal manera que les permita lograr precios que hagan rentable la producción de petróleo y gas de esquistos o lutitas, sin considerar los sacrificios presupuestarios que tengan que realizar otras naciones productoras.
Lo anterior significa una flagrante contradicción que debe ser solucionada a fin de alcanzar un acuerdo global para estabilizar en el mercado mundial y la fluctuación racional de precios del crudo.
Aun cuando el resto de los productores mundial logre sacar de la oferta mundial entre 10 y 20 millones diarios de barriles de crudo, la producción de esquistos en Estados Unidos, presionaría a la baja de los precios, haciendo inviable el mantenimiento de la industria de esquistos de petróleo y gas en el país norteamericano.
Esto implicaría que la élite estadounidense debe decidir, en medio de la presente crisis, si cooperar o aislarse en materia de hidrocarburos. Aislarse no luce posible.
— Se está apostando a que las restricciones de compra de diluyentes y gasolina ocasionen daños a nuestro país. Las sanciones más la propia lucha contra la pandemia parece un caldo de cultivo ideal para un escenario de desestabilización en Venezuela. ¿Qué medidas le recomendaría al ejecutivo nacional?
PDVSA posee activos que no se encuentran en operación actualmente, que pueden ser puestos en funcionamiento con esfuerzo nacional, para producir la cantidad necesaria de diluyentes y otros componentes destinados a abastecer el mercado interno. Las soluciones convencionales no están sobre el tapete en estos momentos y se requiere de una respuesta endógena ante tal situación.
También es necesario acabar con la corrupción dentro de PDVSA, misma que ha permitido observar bochornosos casos como el de la nave Negra Hipólita, recientemente capturada por la FANB trasegando productos en nuestras aguas territoriales a una nave de bandera colombiana.
— Tal parece que en las últimas horas se ha desatado una campaña de operación psicológica que tiene como centro a la Guardia Nacional y las estaciones surtidores de gasolina. ¿Cómo hacerle frente a esto?
La guerra híbrida que ha sido aplicada por EEUU sobre Venezuela tiene un componente fundamental: una sostenida operación psicológica. Por otra parte, existen indicios de que algunas instancias de ese cuerpo han incurrido en actos de corrupción, ampliamente comentado en las redes sociales, en los medios de comunicación y en conversaciones populares.
El Gobierno venezolano está en la obligación de combatir este fenómeno (la corrupción), pues de no hacerlo estarían socavando la credibilidad de una institución fundamental para el sostenimiento del Estado venezolano como lo son las FANB. El propio presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, se ha pronunciado de manera contundente al respecto.
— Hace unas semanas, en una jugada que tomó a todos por sorpresa, Rosneft transfirió sus operaciones en Venezuela al Estado ruso. ¿Por qué se toma esta medida? ¿Qué impacto tendrá en Venezuela? ¿Esto desincentiva a EEUU a atacar Venezuela o es al contrario?
La jugada del Gobierno ruso en el caso Rosneft es de alto vuelo. Ahora, el Estado ruso es socio directo del Estado venezolano en materia petrolera y absorbe mediante una empresa de propiedad estatal rusa las operaciones de Rosneft en la Faja del Orinoco, lo que convierte a ambos Estados en socios cercanos dentro del ámbito petrolero, local y mundial.
El haber vendido las participaciones de Rosneft en la Faja, le permitirá a esa empresa superar las restricciones que le ha impuesto Estados Unidos con las sanciones, para volver a operar en el mercado estadounidense y mundial.
Esto no niega que, eventualmente, entre Rosneft y la empresa estatal rusa efectúen intercambios que le permitan a Rosneft sacar algún beneficio de las operaciones de la otra empresa, de propiedad estatal rusa, en la Faja del Orinoco.
Mientras el Estado ruso sea socio del Estado venezolano en este y otros intereses es obvio que representará un poder disuasivo para EEUU ante una eventual operación militar sobre Venezuela.
— Hay una nueva junta reestructuradora en PDVSA, por los momentos es poco lo que se sabe sobre sus planes para la industria petrolera. Si usted tuviese que hacerle algunas recomendaciones ¿cuáles serían?
Una reorganización de la empresa es fundamental a fin de garantizar la gobernanza de la misma y, sobre todo, para garantizar su reflotamiento, gobernabilidad y transparencia en sus operaciones.
Mediante la ingeniería de reverso y los conocimientos depositados por décadas en Intevep es posible desarrollar un emporio tecnológico endógeno que permita soportar las operaciones de toda la infraestructura productiva, con la menor cantidad de insumos importados posible. La mayoría de las tecnologías utilizadas por PDVSA en la extracción y refinación de crudo son tecnologías maduras, ampliamente conocidas por sus ingenieros y técnicos y, con un esfuerzo sostenido, pudiera garantizarse en un alto grado la producción local de las mismas, con la menor dependencia externa posible.
La época postcoronavirus implicará una mayor dependencia de lo producido en el país respecto a lo importado de otras latitudes, a la par, de que permitirá desarrollar las fuerzas productivas endógenas y dar pasos firmes hacia una menor dependencia tecnológica, principalmente, de intereses estadounidenses, que constituyen en estos momentos, el principal enemigo del país.