La locura de un mal imprevisto y los antipatrias consumen tu siglo, Señor Jesucristo ruega por nosotros, los sensatos que amamos la vida y que somos mayoría
(José María Egas, poeta ecuatoriano, 1896-1982)
Muchos otros cadáveres permanecían en sus casas esperando ser recogidos por las autoridades.
Según el listado que tiene la policía para acudir a los levantamientos, el 31 de marzo estaban registrados más de 550 cuerpos en la lista de espera para ser retirados de las viviendas y no se sabe cuántos cuerpos de guayaquileños seguían abandonados en las esquinas de las calles.
No obstante, la causa más importante en esta tragedia consiste en la ausencia de planificación y la debida y necesaria previsión de la pandemia que ya estaba asomándose a la puerta del continente americano, especialmente en Ecuador —cuyo primer caso se registró el 3 de febrero— de una mujer que llegó a Guayaquil procedente de España con claros signos de infección por coronavirus y a la cual no le dieron la importancia adecuada.
Guayaquil en este contexto, es la ciudad con la mayor tasa de mortalidad por cada 100.000 habitantes en todo el continente sudamericano. El temor de contagiarse se ha apoderado de toda la ciudad y del país en general. En la provincia de Guayas, a la que pertenece Guayaquil, para el 2 de abril se contabilizaron 1.941 infectados, el 61,4% del total nacional que alcanzó 3.163. Oficialmente el Gobierno reportó 120 muertos en todo el país pero tomando en cuenta el caso de Guayaquil, donde la mayoría de más de 500 fallecidos ni siquiera se habían sometido al test del virus, el número de los muertos sería mucho más y es cuestión de tiempo para que aparezcan los datos reales.
Sin duda alguna, el estado de excepción en el momento de pandemia ayuda a prevenir la propagación del coronavirus pero lo que más se necesita es atención médica, tener a mano suficientes reactivos para pruebas del COVID-19, suficiente cantidad de especialistas médicos, laboratorios, insumos médicos como máscaras, guantes etc. de lo que Ecuador carece. Se reporta en Guayaquil la escasez de reactivos en condiciones del desbordamiento de la solicitud de pacientes para toma de pruebas. Desde 29 de febrero al 1 de abril ya se han procesado 8.747 exámenes en tres Laboratorios del Instituto Nacional de Investigación de salud Pública (INSPI) del Ministerio de Salud Pública. Pero sus resultados demoran casi una semana. A la vez, en los laboratorios privados, como el de Kennedy, hay reactivos pero el precio de la prueba es de 250 a 300 dólares lo que no cada guayaquileño puede afrontar.
#SputnikGráfico📊
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 27, 2020
Así es COVID-19 comparado con otros virus peligrosos 🌡️🔬✴️
Mira la infografía completa aquí: https://t.co/ktc2luS7nZ
#⃣ #COVID_19 #Coronavirus pic.twitter.com/auRZjyK0nW
Desde que Lenín Moreno asumió la presidencia de Ecuador el 24 de mayo de 2017, prometiendo durante su campaña electoral la continuidad de la Revolución Ciudadana que se inició con Rafael Correa en 2007, el país empezó a dar un giro de 180 grados hacia posiciones de derecha al segundo día de Moreno en el poder. Se acabó enseguida la Revolución Ciudadana, el Socialismo del Siglo XXI y el modelo de 'buen vivir'. El nuevo presidente engañó a todos y mostró su verdadero rostro de oportunista político que había logrado ocultar desde su militancia en la juventud en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Jugaba a dos bandas, apoyando a Rafael Correa y simultáneamente manteniendo excelentes relaciones ocultas con empresarios de la derecha y con el embajador de EEUU en Ecuador, Todd Chapman.
📷 El COVID-19 se transmite principalmente por contacto directo y cuando el virus logra penetrar en ojos, nariz o boca. Las medidas de prevención más efectivas son simples: mantén la distancia, lava tus manos con jabón y evita tocarte el rostro
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 1, 2020
Más fotos aquí: https://t.co/DpTDuxzx2M pic.twitter.com/xjNlPE2YZl
En realidad, antes de la pandemia Ecuador ya padecía una grave crisis después de aquel dramático shock económico en octubre de 2019, que hizo al presidente perder autoridad e influencia. La pandemia trajo consigo la crisis sanitaria caracterizada por falta de total preparación del Gobierno para afrontar el coronavirus. El actual ministro de Salud Pública, Juan Carlos Zevallos reveló al país que dos millones de pruebas de coronavirus procedente de Corea del Sur anunciadas por la anterior ministra de Salud, Andramuno, nunca llegarían al país. Tampoco los laboratorios privados estaban listos para el COVID-19, la mayoría no tenía reactivos para pruebas y los hospitales estatales no estaban preparados para atender a los pacientes contagiados, carentes de personal preparado e insumos médicos que recién ahora el Ministerio de Salud está tratando de adquirir caóticamente.
Nadie sabe qué es lo que le espera a Ecuador a medida que el coronavirus está avanzando. Una pandemia es peor que una guerra porque no se sabe en qué momento terminará y cuándo estará controlada por completo.
Al cierre de esta columna, no se sabe si Lenín Moreno ha pedido ayuda a Cuba, China, Rusia ni Venezuela países de los cuales se alejó ofendiendo a unos y con otros siguiendo las instrucciones de Donald Trump, pero en estos tiempos de dolor y muerte deberá poner los intereses de su patria por encima de sus conveniencias ideológicas de turno y clamar por ayuda.