"Estamos consternados de ver el dolor; sentimos que a las autoridades no les importa y que nos quieren dejar morir; se llama a las autoridades para que lo vengan a recoger , pero no vienen", dijo Sputnik la residente Margaret Cedeño, nuera de Eligio Gálvez, un hombre de 62 años que murió en la madrugada del 2 de abril.
Gálvez falleció en una casa ubicada en la cooperativa 24 de Mayo, en el Guasmo Sur.
Su nuera contó que acudió a centros de salud, pero no lo pudieron atender porque no tenían oxígeno.
"Nosotros tuvimos que comprar oxígeno y pagar médicos particulares para que le ayuden; era hipertenso y le dio neumonía; por las placas [radiografías] los médicos asumieron que tenía el virus", aunque tampoco le practicaron el test, dijo Cedeño.
Cedeño relató que en el barrio hay varios cadáveres y los vecinos están preocupados porque la situación se vuelva inmanejable.
Guayaquil, con una población de alrededor de 3 millones de habitantes, se ha convertido en el centro de la pandemia del COVID-19 en este país sudamericano, pues tiene 68% de los casos positivos de la provincia del Guayas y 48% de los contagiados en todo Ecuador.
Ecuador tiene 3.368 casos confirmados, de los cuales fallecieron hasta este 3 de abril 145, según las cifras oficiales.
Pero el propio presidente Lenín Moreno reconoció el 2 de abril que los registros de las autoridades se quedan cortos y que en Guayas el número de fallecidos podría estar entre 2.000 y 2.500 personas.
"Por Dios, ayúdennos, no sabemos qué hacer; el cadáver de mi papá ya comienza a apestar y no se lo llevan", dijo desesperada Verónica Campos, desde un suburbio de Guayaquil.
El padre de Campos, Carlos Julio, de 60 años, murió hace tres días de un infarto. El cuerpo yace en su habitación, en una casa ubicada en la calle 24 y Callejón Parra.
"Tenemos miedo; hemos llamado al 911 pero nos dicen "espere, espere". ¿Qué hacemos, cómo nos organizamos con el muertito? Esto ya empieza a afectarnos", dijo Campos a Sputnik.
En el sur de Guayaquil, en la cooperativa 29 de Abril de la Isla Trinitaria, el cuerpo de Yin Reinaldo Barrezueta esperó cuatro días para que lo retiraran de su hogar, según contó a Sputnik su hijo Eduardo.
Barrezueta, de 57 años, murió de un paro respiratorio; en el Hospital Monte Sinaí dijeron a su familia que tenía los pulmones llenos de flema.
La policía levantó el cadáver en la tarde del 2 de abril. "Cuando sale de casa no lo van a volver a ver más", advirtieron los agentes a los deudos.
"Quién sabe si lo cremen, lo enterrarán o qué harán con el cadáver; no sabemos nada", dijo a Sputnik el hijo de Barrezueta.
Los miembros de la familia no se han hecho las pruebas para determinar si contrajeron el coronavirus, pero están tomando, entre otras medicinas, el antibiótico azitromicina porque una doctora les dijo que podían hacerlo.
Hasta el momento no tienen síntomas.
En el centro-norte de Guayaquil, también se siente la crisis.
"La hermana de mi cuñada murió el martes [31 de marzo] a causa del coronavirus y nadie vino a ayudarnos. Llamamos al número que puso a disposición el Gobierno para retirar los cadáveres pero nos dijeron que tengamos paciencia; el cuerpo de la señora permaneció dos días dentro de la casa", contó a Sputnik Rosa Pozo.
La mujer dijo que un sobrino de la fallecida, gracias a conocidos que tenía en una casa de salud, logró llevar el cuerpo a la morgue de ese lugar. "Es lo máximo que pudimos hacer por ella", añadió.
En su barrio, afirmó, varias personas están contagiadas.
Mientras tanto, en redes sociales circulan una serie de noticias y videos falsos, agravando aún más la situación de caos; hasta la semana pasada, el Gobierno detectó 40 millones de reproducciones de noticias falsas.
Las autoridades citaron reportes de Inteligencia para afirmar que 50% de noticias falsas se generaron en México y 30% en Ecuador y en Venezuela.