Las consecuencias del desmoronamiento de la actividad económica a causa de las medidas de paralización adoptadas por la pandemia de COVID-19 revelan también fallos estructurales del modelo económico en sí. El nuevo coronavirus ha acelerado una crisis que venía larvándose desde el otoño de 2018, cuando las previsiones de diversos organismos internacionales empezaron a ser cada vez más pesimistas. Y ahora, con España, Europa y medio mundo parados, se cuestiona la validez del modelo económico vigente y su expansión. Es decir, del neoliberalismo y su globalización.
El modelo neoliberal, en entredicho
Sin embargo, aun cuando parece evidente el declive del modelo neoliberal, ¿cuán realista es darlo por finiquitado? ¿Qué perspectivas surgen a cambio? "No estamos ante el fin del neoliberalismo. Llevamos desde 2008 diciendo que es el fin del neoliberalismo y no lo es. Y no lo es por una razón: porque el fracaso de un proyecto no significa que este proyecto se caiga, tiene que haber una fuerza política que lo rompa", declara a Sputnik el politólogo español Manolo Monereo.
"El neoliberalismo no desaparecerá hasta que haya otra estrategia alternativa que sea vencedora y que tenga capacidad de imponerse en la realidad".
La propia Unión Europea está cuestionada. En su seno se discute el plan de ayuda, para el que no hay consenso. Se alude a la solidaridad como motor del acuerdo, pero las posiciones férreas de Alemania y el grupo de países de su influencia desbaratan la aprobación de los llamados coronabonos. Que cada cual se las componga como pueda, parecen decir. Y si alguien quiere un paquete de ayuda financiera, será con condiciones. Tal es el durísimo plan de austeridad que se avista en el horizonte. La situación exaspera a buena parte de la opinión pública, sobre todo la de los países periféricos. ¿Podrá entonces sobrevenir un cambio en la praxis económica de la UE?
El cambio en la política económica
"Algo se mueve, y es el grupo de países que están planteando que los riesgos y los desafíos sean compartidos, porque hasta ahora la postura inflexible de Alemania, Holanda y otros países hacía imposible ese debate", comenta el economista Fernando Luengo. En sus declaraciones a Sputnik, este especialista en Economía Aplicada incide en que la tozudez alemana parte de su idea de la ineficiencia de los países del sur.
"Los imprescindible ahora es que el BCE, que tiene capacidad de crear liquidez y que hasta ahora le ha dado el dinero a los bancos y a las grandes corporaciones, actúe directamente sobre la deuda pública de los gobiernos. No en el mercado secundario, comprando los bonos que tienen los bancos y las corporaciones, sino comprando deuda pública en el mercado primario", señala.
¿Conducirían unas medidas de esta naturaleza a redefinir el modelo neoliberal? Hay quien augura una reestatalización de la economía, el neoliberalismo vigente podría asumir pautas keynesianas. "Yo no creo que vaya a suceder", discrepa el politólogo Monereo. "Hay que tener memoria, esto ya se planteó en 2008. ¿Y qué ocurrió? Pues que una vez el sistema controló la crisis, vino el plan de austeridad. Y ahora estamos en lo mismo", afirma, apoyando su tesis en que al final se impondrá la correlación de fuerzas:
"Hoy por hoy, esa correlación de fuerzas beneficia claramente al gran capital, porque las élites políticas y las grandes fuerzas políticas están con él. O hay una rebelión de las poblaciones, o se impondrán irremediablemente estas salidas de la derecha".
La UE hace frente a esta contingencia atrapada dentro de sus rígidos mecanismos. Como dice el economista Juan Torres, recurrir al Mecanismo Europeo de Estabilidad "convierte a los países que lo reciben en rescatados, como si hubieran fracasado por mala gestión económica".
Antonio Costa: «El discurso del ministro de economía holandés es repugnante. Si no entendemos que ante un desafío común debemos poder responder en común, entonces no hemos entendido nada sobre la Unión Europea»
— Juan Rojo (@juan___rojo) March 27, 2020
Portugal 🇵🇹pic.twitter.com/fePet4VSy1
Ante esta situación, el primer ministro de Portugal, António Costa, estalló en su crítica a la actitud germana, que calificó de "repugnante". Fernando Luengo lo expresa del siguiente modo: "La opinión pública muestra una desafección total hacia la construcción europea. El problema es qué panorama tendremos después de esta batalla. El proyecto europeo está hoy en coma", afirma. Y subraya:
"Pero esto no viene de ahora, sino de mucho antes. Desde que se aplican políticas neoliberales, la historia de Europa es una historia de fracaso para la gente y de beneficio para la industria financiera y grandes corporaciones. Pero ahora es mucho más que eso; está al borde del precipicio".
"El cambio verdaderamente cualitativo", prosigue, "sería una intervención estratégica del BCE". "Pero sus estatutos no se lo permiten, habría que decirles que estamos en una situación de emergencia, al borde de la catástrofe, por lo que tendría que actuar de forma excepcional, si es que se sigue apostando por Europa", explica.
Las esperanzas de un nuevo modelo
Hay una parte de la opinión pública que, tal vez ingenuamente, alberga esperanzas de que la pandemia obre en el futuro un cambio socioeconómico a mejor.
"Ahora bien, si desde abajo no hay una presión popular sostenida y una rebelión, el sistema volverá a articular la gestión de la crisis a su servicio. Es lo que hay que meterle en la cabeza a las personas. Si no hay una sublevación de la opinión pública y la gente no dice basta, el neoliberalismo va a durar eternamente".
El profesor Fernando Luengo es de la misma opinión. "Todo depende de la correlación de fuerzas y de que haya un actor que sea capaz de condensar todo el malestar. Lo público, lo común, lo colectivo, la cooperación, esto es el elemento vertebrador de la economía. Y eso no es el neoliberalismo". Él explica que el Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento de la UE "es toda una lógica económica basada en la expropiación de las mayorías sociales, y esa lógica está hoy fuera de juego".
¿Hacia un nuevo modelo que incorpore medidas socialistas?
No parece que el modelo neoliberal esté amenazado de sustitución, "pero sí pueden plantearse políticas que defiendan la soberanía nacional y sectores estatales de la economía fuertes, una política que defienda una banca pública y la socialización de la inversión, una política que demande una democracia económica en el país y en la empresa, una política que constitucionalice los derechos sociales", apunta Monereo.
"Lo harán por las buenas, o por las bravas. Ya lo hizo Zapatero y ya lo hizo Rajoy. Y no tengo ninguna duda de que este presidente [Pedro Sánchez] lo volverá a hacer", concluye Monereo.