Ya es usual ver apresurados ciclistas y motociclistas vestidos de colores y con sus mochilas cúbicas por las calles de las principales ciudades de América Latina. De un lado para el otro y a cualquier hora del día, los repartidores de aplicaciones como Pedidos Ya, Uber Eats, Rappi, Glovo o IFood no son solo parte del tráfico habitual sino un componente importante de la economía de los países.
Consultados por Sputnik, desde la empresa Pedidos Ya —presente en ocho países de la región— aseguran que "no es esta la oportunidad para aumentar la facturación", a pesar de la coyuntura pandémica. La actual necesidad de las personas de hacer sus compras sin salir de sus casas convierte el servicio y la facilidad tecnológica en una herramienta seductora. La compañía asegura que es un momento "para apoyar a los comercios locales y sostener el empleo de la gente".
"Es la oportunidad para que nuestro servicio se ponga a disposición de la comunidad para poder satisfacer las necesidades básicas buscando aliviar el bolsillo de la sociedad", amplían desde la compañía.
¿Qué entregas a domicilio pide la gente en cuarentena?
El comportamiento de los usuarios no es el mismo en todos los mercados, ya que "mientras algunos países se vuelvan por pedir comida pronta durante esta cuarentena, otros prefieren hacer pedidos de supermercado para cocinar ellos mismos".
Una necesidad que acompañó una transformación reciente de Pedidos Ya, que tiempo antes habilitó la posibilidad de que los usuarios soliciten el envío de productos no gastronómicos como artículos de farmacia, veterinarias, librerías o florerías, entre otros. "Esta situación llevó a muchos comercios a potenciar su canal online y las entregas a domicilio, ya que es la única forma de llegarle a los consumidores por un tiempo", resalta la empresa.
Servicios delivery y COVID-19: la adaptación
Pero mantenerse en funcionamiento en tiempos de cuarentena tiene sus problemas. En Argentina, donde rige una cuarentena preventiva obligatoria desde el 20 de marzo, tanto Pedidos Ya como sus competidoras Glovo, Rappi y Uber Eats debieron hacer llegar a sus repartidores un permiso que les permita circular sin ser detenidos por la Policía.
Según explicaron a Sputnik desde Pedidos Ya, la compañía tiene como estrategia "mantener un diálogo fluido con las autoridades" y expresar su "disponibilidad a colaborar con la situación".
"Tenemos una herramienta que se presenta como una buena alternativa para que las personas puedan cumplir con las recomendaciones de las autoridades, por lo que está a disposición de las autoridades y la comunidad", destacaron.
La empresa también tuvo que proveer de protección especial a sus repartidores, cuya labor callejera los convierte en un blanco fácil del coronavirus. En Montevideo, por ejemplo, un grupo de repartidores sindicalizados manifestó su preocupación por la exposición de los trabajadores al virus y solicitó que los repartidores no ingresen a edificios y que las empresas les provean de guantes y tapabocas. Al mismo tiempo, expresaron su preocupación por una disminución en los pedidos de comida que no llega a ser compensado por el aumento de entregas en el rubro farmacia.
La empresa también recomienda a los repartidores "lavarse las manos al retirar cada pedido" y "utilizar alcohol en gel antes y después de cada entrega", además de "revisar antes de recibir que los paquetes a entregar estén correctamente cerrados".
Las aplicaciones de reparto también insisten en que sus usuarios realicen las compras con tarjeta, de manera de evitar la circulación de dinero en efectivo, otro de los posibles vectores de propagación del coronavirus.
Pedidos Ya nació en 2009 en Montevideo, Uruguay, como una plataforma dedicada a conectar restaurantes con reparto de comida con sus usuarios. La idea fue exitosa y la empresa pronto se expandió también a las principales ciudades de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Panamá y Paraguay.
En 2014, el 70% de sus acciones fue adquirida por la alemana Delivery Hero, un gigante europeo en el rubro y que también está presente en Asia y Oriente Medio.