La alta tasa de mortalidad provoca el desbordamiento de muchas residencias, que no tienen recursos suficientes para hacer frente a este escenario. Motivo por el que el Ejército fue enviado para prestar apoyo sanitario a estos centros y realizar tareas de desinfección. Pero, en plena campaña de actuación, los miembros de la Unidad Militar de Emergencia (UME) se encontró de bruces con la realidad de los geriátricos.
La Fiscalía General del Estado abrió el 23 de marzo por la tarde una investigación sobre la supuesta presencia de personas mayores, algunos enfermos, viviendo en malas condiciones de salubridad, así como residentes fallecidos. Ahora se recabará información para determinar la gravedad de los hechos y su relevancia penal. Robles, en Telecinco, remarcó que iban a ser "implacables y contundentes" con todo aquel que no dé un buen trato a los mayores en las residencias.
El Gobierno informó que las residencias que estén saturadas deberán comunicarlo a la Subdelegación del Gobierno y a la comunidad autónoma para solicitar auxilio urgente de la UME. Una situación de desbordamiento que suele provenir por la falta de equipos individuales de protección y por problemas de personal, algunos contagiados por la enfermedad y en cuarentena.
Esto obliga a dejar el cadáver en la cama y, ante el colapso de estas empresas, los tiempos de recogida se estiran. Un panorama que también afecta a los hospitales, por lo que la UME empezó a colaborar en el traslado de personas fallecidas por coronavirus desde hospitales de Madrid hasta la morgue instalada en el Palacio de Hielo.