A sus 26 años, como integrante de la organización Hijas de su maquilera madre, participó en eventos de denuncia contra el proceso de militarización de la frontera con Estados Unidos, que se intensificó en Juárez con la llegada de la Guardia Nacional a mitad de 2019 para funcionar como policía migratoria; también organizó colectas de ropa y víveres para los refugiados que quedaron allí varados, ante los cambios de las políticas migratorias recientes.
"Fue un feminicidio político porque la compañera tenía una participación en el movimiento, no como vocera porque apenas se estaba integrando a la lucha y también era madre de un niño de 4 años. Aunque tenía un antecedente de violencia doméstica, nosotros descartamos esa línea", dijo a Sputnik otra de las integrantes de Hijas de su maquilera madre, que pidió anonimato, dado el clima generalizado de violencia que se vive en ciudad Juárez.
Un nuevo tipo de feminicidio
"Es evidente que la estaban siguiendo, que la esperaron y que ejecutaron el crimen en un área oscura donde no hay nadie", explicó la fuente. Isabel Cabanillas salió de un bar en la zona centro de ciudad Juárez, cerca de la 1:15 del sábado 18 de enero de 2020, camino a su casa y fue asesinada en ese trayecto breve.
La exposición del cuerpo de la mujer en la vía pública es una de las condicionantes de género que permiten configurar el delito de feminicidio, pero no fue tomado en cuenta en este caso. Según información que pudieron recabar por parte de su colectivo, Isabel recibió al menos dos impactos de bala, uno de ellos en la cabeza.
"Aquí en Juárez hubo varios hallazgos de cuerpos de mujeres en la vía pública que mostraban signos de tortura sexual (como el caso del Campo Algodonero, que le valió en 2009 una condena al Estado mexicano por su responsabilidad en las muertes violentas de mujeres en la frontera, varias de ellas menores de edad), pero ahora las mujeres aparecen muertas con impactos de bala de alto calibre o encobijadas; pero como no tienen signos de violencia sexual, no están siendo considerados como feminicidios", explicó.
Lo que reclama el movimiento es que "ahorita el feminicidio es también cometido con armas de fuego aunque no se catalogue como tal" y que, por eso, la justicia está dejando en la impunidad estos casos, al no reconocer esta línea de investigación.
"Hay mucha violencia y miedo en la ciudad, muchos casos de desaparición e intentos de rapto como vivimos en los años álgidos de la guerra (al narcotráfico) entre 2008 y 2012 que coincidió con el despliegue militar en la ciudad, que ahora vuelve a ocurrir", sostuvo la fuente.
"Si antes la violencia se concentraba en el centro de la ciudad, pero ahora toda la ciudad es más peligrosa. Al oriente, donde hay muchas colonias de construcción de Infonavit (Fondo Nacional de vivienda), que son hileras de pequeñas casitas, donde no hay seguridad pública, ni alumbrado o transporte, corren el riesgo de ser asesinadas camino al trabajo", señaló.
La fuente mencionó al menos dos feminicidios recientes de estudiantes universitarias que se mantienen en la impunidad, como es la medida en estos casos y aún lo es en el caso de Cabanillas.
Según el cálculo independiente de la geógrafa María Salguero, México ya registra 11 feminicidios al día.