"El Gobierno colombiano nos está llevando a una situación de atraso frente a todo el mundo —dijo a Sputnik Eberto Díaz, presidente de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria de Colombia (Fensuagro)—. Mientras en todo el mundo hay una corrida contra el glifosato, aquí no, aquí decidimos seguir causando daño a los campesinos", agregó.

Sin embargo, la administración de Duque, que asumió en agosto de 2018, ha buscado reactivar la aspersión. Alega que es el modo más efectivo de erradicación y que es la solución a la "herencia" de más de 200.000 hectáreas sembradas de coca para uso ilícito que dejó Santos. Según el reporte de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca, la producción de cocaína se incrementó en 8% entre 2018 y 2019, al pasar de 879 toneladas a 951.
🤔🇨🇴 Colombia cuestiona informe de EEUU sobre cultivos de coca y producción de cocaína 👇 https://t.co/0pDPvV03OK
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 7, 2020
El 2 de marzo Duque contó con el espaldarazo de su homólogo estadounidense, Donald Trump, quien lo instó a retomar la práctica de fumigación. En "una actitud clara de intromisión de la soberanía del país" y que desconoce la "evidencia nacional y mundial sobre los daños a la salud, medio ambiente, y seguridad alimentaria", dijo a Sputnik Óscar Alfonso, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia.
¿Qué hace el glifosato?
El economista, que ha estudiado el impacto del glifosato en la salud y en la soberanía alimentaria, señaló que "cuando las aspersión del cultivo de coca aumenta un 1%, la probabilidad de linfoma de Hodgkin se incrementa en 0.56%. Ese un resultado estadísticamente confiable", aseguró. También indicó que "cuando se asperja, el rendimiento promedio de la tierra dedicada al arroz se reduce casi en 62% en promedio frente a la tierra que no se asperja con glifosato".
"Hasta ahora han sido acuerdos muertos, no se ha avanzado en la concreción de una reforma rural integral", aseguró Díaz y contó que también están movilizados los campesinos del Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena, en el departamento de Meta (centro).
Según reportó el medio local Contagio Radio, el campesinado denuncia que el Ejecutivo dilata los diálogos, insiste en la erradicación forzada de esos cultivos y acude a la fuerza desmedida por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios. "Más que represión y fumigación necesitamos una política social muy fuerte", señaló Díaz.
La ONU certifica la reducción de 6% de cultivos de coca de Bolivia en 2018 https://t.co/yEe4uIgXhc
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) August 24, 2019
El presidente de la Fensuagro también explicó que cuando hay una "política de agresión se generan tensiones", y contó que los campesinos entienden que el Gobierno tiene "una política de guerra contra ellos, porque se les da un tratamiento de narcotraficantes cuando ellos solamente son un eslabón de esa cadena, son los más sacrificados y los mayores afectados de este gran negocio transnacional que genera mucha mucha riqueza pero que finalmente a los campesinos no les queda sino el dolor, el desplazamiento, el sacrificio".
Sin embargo, advirtió que ante la pandemia de coronavirus, los campesinos tomarán las precauciones necesarias para no contraer ni propagar la enfermedad, "porque sin salud no se puede luchar". Por ello, en lugar de realizar una manifestación este 25 de marzo, realizarán un cacelorazo.