Empieza a cundir en España una sensación extraña ante las lúgubres previsiones de las autoridades sanitarias. La curva de contagios incrementará su línea ascendente en los próximos días y la estructura médica del país puede incurrir en riesgo de saturación extrema, si no de colapso. Es lo que está ocurriendo en la Comunidad de Madrid, cuyo sistema de salud público está atendiendo a la gran mayoría de los infectados de la región, que a su vez alberga a más de la mitad de los contagiados de COVID-19 en toda España. Son ya 1.990 personas las que sufren ya esta enfermedad vírica en la región madrileña (4.209 en todo el país). La cifra de fallecidos llega a 56 (120 en el conjunto estatal).
"La escasez de material es una realidad", afirma Jesús García Ramos, portavoz del Sindicato de Enfermería en Madrid (SATSE). "El Ministerio centraliza las compras y reparte a los centros, pero el abastecimiento no está garantizado. Según la propia Comunidad de Madrid, hace falta más material de protección individual". García Ramos además explica que el nivel de protección va a disminuir, pues el tipo de equipo recomendado que se va a repartir, aun cuando cumple con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presenta un nivel de protección inferior al que se viene utilizando.
"Evidentemente, esto va a alarmar y crear la sensación de que se va a desproteger a los profesionales. Ir de menos a más es fácil, pero, ¿ir de más a menos? Es difícil de explicar", se lamenta.
Celadores, enfermeras y personal facultativo trabajan a destajo y casi sin descanso, una situación que incrementa el riesgo de contagio entre sus propias filas. También la declaración de pandemia global a cargo de la OMS obliga a los centros a anular los permisos, días libres y vacaciones de su personal. No obstante, en muchas regiones de España todavía no se ha llegado al grado de saturación que está experimentando la sanidad pública madrileña.
"Aquí, en el Hospital General de Alicante, estamos todavía sin transmisión comunitaria, no tenemos una sobrecarga como los hospitales de Madrid", explica Pere Llorens Soriano, jefe del Servicio de Urgencias.
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha habilitado un teléfono (que se bloquea con facilidad) para reportar urgencias, y conmina a no acercarse a los centros de salud, pues la atención primaria se halla atestada de pacientes, más aún cuando las patologías a atender son de diversos tipos, también procesos gripales estacionarios.
"El problema es que la Comunidad de Madrid siempre antepone sus intereses en el sector privado, siempre aprovecha cualquier excusa para favorecerlos, es un problema ideológico. Es más, intentarán dar un empujón a la privatización de la sanidad en la comunidad. Es lo que les interesa por encima de cualquier otra cosa", explica Sánchez Bayle.
La herencia de la privatización
La saturación actual de hospitales y centros de atención primaria públicos es también consecuencia de las políticas privatizadoras ejercidas en algunas comunidades autónomas de España durante los últimos años.
La capital de España representa un modelo de gestión de la salud caracterizado por la proliferación de centros privados antes que públicos. "Se está recogiendo lo que se sembró estos últimos 10 años, que fue deteriorar y descapitalizar el sistema publico sanitario", dice Sánchez Bayle, no sin recordar que su capacidad todavía es grande. "Ha disminuido, aunque está haciendo las cosas de manera relativamente razonable".
"El sector privado tiene muchas limitaciones, muchos tienen centros minúsculos, con sólo 30 o 40 plazas hospitalarias", afirma, dejando claro que es la sanidad pública la que tendrá que acabar con la pandemia en España.
"Si a la situación dada con el coronavirus sumamos la infradotación de plantillas, que afecta incluso a cómo se trata la gripe estacional, tenemos un cóctel perfecto para que la sanidad pueda acabar colapsando. No hemos llegado aún a esa situación, pero sí tenemos mucho desgaste", razona García Ramos, del sindicato SATSE.
"Las enfermeras están muy expuestas. Nos parece grave que a políticos y autoridades públicas se les haga la prueba de inmediato y ellas tengan que esperar. Los profesionales no se pueden contagiar entre ellos, y tampoco a sus familias y a los pacientes", se queja este profesional de la enfermería.
Confianza y responsabilidad
Mañana, en Consejo de Ministros, decretaremos el Estado de Alarma en toda España para los próximos 15 días. Es un instrumento recogido por la Constitución que dota al Gobierno de recursos extraordinarios para enfrentar la emergencia sanitaria y social generada por el #Covid19. pic.twitter.com/xsQk0MTduj
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) March 13, 2020
Queda clara la tarea de contener el pánico. "Aun con problemas, el sistema en Madrid tiene capacidad para resolver esta crisis. En Madrid hay 14.000 y pico camas en hospitales públicos. Y sólo el 15% de los afectados está ingresado, unos 300. Y lo mismo pasa con las unidades de cuidados intensivos (UCI)", señala Sánchez Bayle, quien avisa de que la referencia para sacar conclusiones es China.
"Lo principal es que la gente no pierda los nervios. Ningún sistema sanitario público puede atender a todo el mundo a la vez", añade, criticando a continuación que la Comunidad de Madrid hable de atención domiciliaria, "cuando sólo hay cuatro dispositivos, muy escasos para atender a una población de más de 6,5 millones de habitantes".
“Esto no son unas vacaciones. Hay que quedarse en casa, no te puedes ir de vacaciones. El objetivo es no propagarlo más, que no llegue a las personas mayores y a las personas especialmente vulnerables. Y no hay que acudir a los centros de salud si no es estrictamente necesario”, concluye.