"Nuevamente los narcotraficantes acuden a la misma táctica para desacreditar al único gobierno que los ha enfrentado con valentía para desarticular sus imperios del crimen y la impunidad, creando una nueva historia falsa sin sustento, basada solamente por declaraciones de delincuentes, sin pruebas y sin respaldo", expresó la Presidencia en un comunicado.
El Ejecutivo reaccionó así a las acusaciones hechas el 3 de marzo por fiscales del distrito sur de Nueva York, EEUU, según las cuales el entonces congresista Hernández, al que se refieren como CC-4, se reunió en 2013 con el narcotraficante hondureño Geovanny Daniel Fuentes Ramírez, de quien supuestamente aceptó un soborno de 25.000 dólares a cambio de protección.
"Se trata de una conspiración para socavar al gobierno, motivado por un deseo de venganza de los 23 narcotraficantes que han sido extraditados o que han tenido que huir del país y entregarse a Estados Unidos para evitar ser capturados en Honduras", afirma el documento de la Presidencia.

El pasado 2 de octubre, al fiscal neoyorquino Jason Richman afirmó que el capo mexicano Joaquín "Chapo" Guzmán entregó en persona un millón de dólares en sobornos a Tony Hernández, para que se lo entregara al mandatario.
En documentos judiciales desclasificados el 2 de agosto aparece un hombre llamado "co-conspirador 4" (CC4) que participó supuestamente en un acuerdo para usar 1,5 millones de dólares provenientes del narcotráfico para impulsar su campaña presidencial.
Dicho sujeto fue identificado en los documentos como "el presidente electo de Honduras a finales de 2013", año en que Hernández ganó su primer periodo de gobierno.