El jefe de Estado anunció su intención de introducir enmiendas en la Carta Magna rusa el pasado 10 de enero. Ya se discutió en otra ocasión la posibilidad de ampliar las autoridades del Parlamento ruso —compuesto de dos cámaras, la Cámara Baja o la Duma Estatal y la Cámara Alta o Consejo de la Federación—, dar prioridad a la legislación rusa ante la internacional, aumentar el papel de los gobernadores de las regiones rusas en la toma de decisiones a nivel local, y fijar el estatus del Consejo Estatal como un organismo público.
Entretanto, el trabajo sobre las nuevas enmiendas prosiguió. El presidente ofreció enmendar la Carta Magna con artículos que están relacionados directamente con la institución de la familia, la religión y el papel del pueblo ruso en la formación del Estado ruso. Algunas de ellas pueden ser percibidas de manera incorrecta si están fuera de contexto, por lo cual, requieren aclaración.
La fe en Dios y los ideales de los antepasados
Una de las propuestas clave sugeridas por el presidente ruso es la mención de Dios en la Carta Magna. El primero en proponerlo fue el patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kiril. Putin tomó su propuesta en consideración, la idea le gustó y la incluyó en la lista de las nuevas enmiendas. Sin embargo, esta propuesta puede parecer controvertida para algunos ciudadanos rusos porque en el país euroasiático hay ateos y practicantes de religiones que tienen otra visión y entendimiento de Dios.
Esta es una cuestión muy importante porque en Rusia coexisten muchas religiones, incluida la musulmana y la budista. Si bien son minoría para Rusia en general, en algunas regiones del país en particular constituyen una mayoría, por lo tanto, es importante tomar su opinión en consideración para esquivar problemas en el ámbito religioso y étnico.
El Kremlin, a su vez, ya prometió que aclarará esta cláusula particular antes de la votación sobre las enmiendas que está programada para el 22 de abril.
En particular, el artículo, según leyó el presidente de la Duma en una reunión plenaria, Viacheslav Volodin, dice que "la Federación de Rusia, unida por su historia milenaria, conserva el recuerdo de los antepasados que nos han legado sus ideales y la fe en Dios". Según aclaró Peskov, se trata de los antepasados de la población entera del país. A juzgar por el resto de las propuestas, se puede deducir que los ideales de los antepasados tienen que ver con los valores tradicionales de los pueblos de Rusia.
El matrimonio heterosexual
En particular, en 2013 en Rusia fue aprobada la ley que introdujo una responsabilidad penal por la propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales, que pasó a ser conocida con la prohibición de la propaganda homosexual.
Una ley parecida existió en la URSS, pero fue abolida en 1993 y a partir de entonces hubo varios intentos de volver a introducir esta ley tanto a nivel regional como federal. En otras palabras, la mayor parte de la población, el 75% —según la encuesta de 2018 de Wciom—, no ve bien las relaciones homosexuales.
En resumidas cuentas, el Estado ruso no persigue a los homosexuales de ninguna manera, sino al revés, estas personas tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos. Simplemente no se permite el matrimonio entre dos personas del mismo sexo porque la mayor parte de la población respeta los valores tradicionales, lo que en cierta medida está relacionado con cuestiones religiosas.
Teniendo en cuenta la diversidad religiosa del país es prácticamente imposible dar luz verde a los matrimonios de este tipo. Las minorías simplemente no lo aceptarían.
El papel del pueblo ruso y la URSS
Otra cuestión importante es la mención de la lengua rusa como lengua del pueblo que es un eje central del Estado. De esta manera se consolida el papel del pueblo ruso como el principal pueblo de la nación sin el que la existencia del país no es posible. Las personas de la etnia rusa constituyen la mayoría absoluta de la población de la Federación de Rusia, más de 80%.
Lo mismo se refiere al papel de la lengua rusa que es hablada por prácticamente cada persona en el país. En algunas regiones habitadas por minorías el ruso es la lengua de comunicación interétnica. Putin insistió en que la lengua rusa tiene que ser aprendida por todos en el país, especialmente en las escuelas.
En otras palabras, la prioridad debe ser para la lengua rusa, pues las lenguas nacionales de las minorías no deben ser estudiadas en detrimento del aprendizaje del ruso. Pese a esto, el Estado ruso, de acuerdo con las nuevas enmiendas, se compromete a garantizar la preservación de las lenguas de las minorías de la Federación de Rusia. Entretanto, la lengua rusa debe servir como una herramienta que una a todos los ciudadanos de Rusia.
En particular, las enmiendas hacen mención a que el Estado ruso "honra la memoria de los defensores de la patria y defiende la verdad histórica". Este último punto es muy importante porque en los últimos años algunos países sufren de revisionismo y tratan de manchar la imagen del Ejército Rojo y su papel en la victoria sobre la Alemania nazi.
En general, algunas de las nuevas enmiendas pueden parecer controvertidas, pero es importante comprender el contexto. Rusia es un país donde la población estima los valores tradicionales y cuida la memoria de sus antecesores por eso es de esperar que la mayoría de los rusos apoyen los cambios en la Constitución.