"Tailandia fue por muchos años el paraíso del turismo sexual infantil junto con Filipinas, pero lograron modificaciones legales para reducir el fenómeno. Lo que pasó desde entonces es que los depredadores y pederastas buscaron países con fragilidad institucional y los encontraron en América Latina: República Dominicana, Cuba, Cartagena de Indias en Colombia; y en México", dijo a Sputnik Juan Martín Pérez García, director de Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
Estudios psicológicos señalan que lo que excita y estimula a los depredadores sexuales es la fragilidad de los cuerpos de los niños y niñas y el dominio completo sobre sus víctimas.
"Se trata de un delito basado en la desigualdad. Los sectores más pobres son los más expuestos. Los países que aportan más consumidores son aquellos donde estas cosas están más reguladas y hay un mayor cumplimiento de la ley. El Estado mexicano ha sido omiso en su responsabilidad de crear reciprocidad para que el delito de turismo sexual sea perseguido en dichos países", explicó Pérez García.
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Los lugares más afectados por este flagelo son los principales destinos turísticos del país: Acapulco, Cancún y Puerto Vallarta. "También Tijuana por ser el patio trasero de Estados Unidos", agregó.
"La ley de trata vigente es tan compleja que hace casi imposible que los Ministerios Públicos, con las deficiencias que tienen, logren configurar el tipo penal. Aunque detengan a los criminales, es muy probable que queden libres", sostuvo.
Un fenómeno mundial que golpea particularmente a las mujeres y niñas
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) estimaba que hay alrededor de 2,4 millones de víctimas de la trata en todo el mundo. La forma más común que adopta este delito es la explotación sexual, casi el 80% de los casos registrados a nivel global corresponde con esa modalidad.
No obstante, la Unodc establecía en ese último documento que "las niñas constituyen el 23% de todas las víctimas de trata detectadas globalmente, de acuerdo con el Informe Global de Tráfico de Personas". Este número, estimado con base en datos de 2016, subió de manera alarmante.
En 2004, el primer año que se recolectaron datos sobre niños traficados, las menores eran el 10% de las víctimas de trata, cifra que para 2014 constituía el 21%.
"En el perfil de las víctimas identificadas, vemos más y más niños, con un incremento particularmente en las niñas", indica en el informe de la Unodc Angela Me, jefa de la unidad de investigación y análisis de tendencias de la entidad de Naciones Unidas.
Las víctimas de trata, apuntan los realizadores del estudio de Unodc, son en su abrumadora mayoría sometidas a explotación sexual, aunque también un 35% de las mujeres que sufren esta vejación (tanto menores como no) son sometidas a trabajos forzados. En cambio, entre los hombres, el trabajo forzado constituye el principal móvil para la trata.
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Para el director de Redim esta realidad es posible por la "participación de las autoridades que participan del negocio", la industria pornográfica ilegal que "aporta recursos" y las redes criminales con "mecanismos de protección e impunidad".