Esta semana las calles de las mayores ciudades de Corea del Sur, normalmente muy concurridas, asombran por su soledad. Mucha gente teme salir afuera de sus casas y lo hace solo en casos de extrema urgencia. Una de estas ciudades es Daegu, en el sudeste del país. Fue precisamente allí donde el coronavirus tuvo el mayor impacto. La urbe está desierta: los habitantes se congregan solo cerca de las farmacias para comprar mascarillas.
En particular, informan que durante sus ceremonias los seguidores de Shincheonji tienen que ponerse de rodillas a una distancia de tan solo 10 centímetros uno de otro. Al mismo tiempo, tienen que agarrarse de las manos uno a otro. Además, según varias informaciones, se les prohíbe a los practicantes de esta secta llevar mascarillas dentro de los edificios. En este grupo religioso se cree que estar enfermo es un pecado porque esto impide a los miembros "hacer el trabajo divino".
Sin embargo, el jefe del Secretariado del Instituto para la Libertad de Religión y Culto de Corea, Bae Byungtae, no está de acuerdo con estas afirmaciones.
"El rápido aumento del número de los infectados con COVID-19 entre los seguidores de Shincheonji suscitó el surgimiento de las sospechas en cuanto a los posibles vínculos entre el brote y las prácticas religiosas de sus miembros, pero esto no es cierto. La fuerte cohesión se usa para atraer nuevos seguidores y las acciones coordinadas son las características distintivas de nuevos movimientos religiosos. Que yo sepa, ellos no tienen ninguna práctica extraordinaria", declaró a Sputnik el entrevistado.
Las autoridades sanitarias surcoreanas creen que un miembro de la secta, de 61 años, es una de las primeras infectadas dentro de este grupo religioso. La intentaron trasladar a un hospital para hacerle una prueba de coronavirus, pero durante un tiempo se negó a ingresar en el establecimiento. Luego, dio positivo de SARS-CoV-2. La gestión está al tanto de que la mujer asistió a unas congregaciones en la secta, lo que con toda probabilidad condujo a más infecciones en la población.
¿Qué es la iglesia Shincheonji?
"Las razones del secretismo dentro de Shincheonji radican en el hecho de que las confesiones cristianas dominantes en la sociedad surcoreana la acusaron de herejía lo que provocó un fuerte resentimiento hacia el grupo. Los medios también lo atacan y esto hace que la situación actual se parezca a una caza de brujas. Si tuviéramos una sociedad abierta en la que los seguidores de Shincheonji pudiesen abrirse a los demás, no creo que hubiese surgido un brote tan fuerte", dijo Bae.
Como ha sido mencionado arriba, los practicantes perciben la enfermedad como una debilidad lo que hace más complicada la búsqueda de las personas infectadas por SARS-CoV-2. Por eso todavía no se ha logrado rastrear la ubicación de algunos de los seguidores de la secta.
De acuerdo con información preliminar, una decena de chinos de la ciudad china de Wuhan —el epicentro del brote— que son practicantes de Shincheonji, está relacionada con el reciente brote de coronavirus en Daegu. El número de infectados dentro de la secta actualmente alcanza las 730 personas, es casi la mitad de todos los casos registrados en el país asiático.
La brusca propagación del virus por Corea del Sur probablemente no solo se debe a las actividades de la secta en Daegu, sino también posiblemente al hecho de que disponía de un rama en Wuhan. Todavía queda por determinar qué vínculo tiene esto con la agravante situación con el coronavirus en la ciudad surcoreana.
Una cosa está clara: cuando apareció la primera información sobre el virus, nadie la tomó en serio y precisamente eso hizo dispararse el número de afectados por el virus.
¿Cuál es la relación de la secta en la propagación del virus?
Actualmente, las autoridades están monitoreando el estado de salud de los miembros de esta organización religiosa. Su líder, Lee Man-hee, en un mensaje interno el pasado 21 de febrero calificó la propagación del virus como una "obra del diablo". Según el fundador de la iglesia, con este virus el diablo trata de hacer detener el rápido crecimiento de Shincheonji.
Entretanto, el autor de la petición afirmó que la llamada iglesia había ordenado obstaculizar las investigaciones epidemiológicas y sabotear los esfuerzos encaminados a la imposición de cuarentena realizados por las autoridades urbanas de Daegu. En respuesta, las entidades gubernamentales —y el Ministerio de Justicia, en particular— están investigando si la llamada iglesia ha violado algunas leyes relacionadas con la salud pública.
En su comentario a Sputnik, Bae Byungtae puso de relieve que Corea del Sur tiene que reconocer que Shincheonji es parte de la sociedad y son personas normales que también tienen derechos. No obstante, recalcó que si violan las leyes, deben asumir la responsabilidad y responder por sus acciones.
"Sin duda, ellos [los seguidores de Shincheonji] también deben ser castigados legalmente por su negativa a cumplir con la política estatal en el ámbito de la imposición de cuarentena", concluyó el entrevistado.