Un nuevo análisis ratifica que no existen evidencias de irregularidades en las elecciones bolivianas de octubre de 2019, cuando el entonces presidente, Evo Morales, fue reelecto en su cargo. El estudio, elaborado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), se suma a la lista de reportes que contradicen la postura de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La investigación sostiene que, si bien es cierto que hubo una interrupción sorpresiva en el escrutinio primario, los datos que se registraron tras el reinicio del conteo no constituyeron un cambio en la tendencia que se veía desde el comienzo.
"La victoria de Morales puede ser explicada por su apoyo electoral anterior al conteo primario. A través de tres análisis del voto anterior al corte con el 84% del conteo, encontramos que el resultado final puede ser explicado por el patrón en el escrutinio primario. Por ese motivo, no podemos encontrar evidencia cuantitativa de una tendencia irregular, como reclamó la OEA", añade el estudio.
Para Jack Williams, uno de los responsables del estudio, el resultado del estudio demuestra que "la OEA parece haber tomado posicionamientos sobre el escrutinio primario que no estaban basados en hechos".
Aquel análisis sostenía que "los resultados finales del conteo rápido no fueron difíciles de justificar" y que la distancia entre Morales y su más próximo competidor, Carlos Mesa, "se amplió constantemente a medida que avanzaba el proceso de conteo".
En ese sentido, consideraba que el aumento en la votación a Morales "fue un fenómeno predecible y poco sorprendente que no debió sorprender a la misión de la OEA".