La fiscalía británica, que actúa en nombre de EEUU, ha confiado el caso al abogado James Lewis, especialista en derecho penal y civil, que intervino en el primer proceso de la Agencia Nacional del Crimen contra extranjeros con activos de dudosa procedencia, entre otros casos notorios.
Los cargos se penalizan con 175 años en prisión y representan "la más importante filtración de información clasificada en la historia de EEUU", según alertó el abogado fiscal al confirmar la petición del Departamento de Justicia estadounidense.
Se espera que Assange atienda las audiencias que tendrán lugar, a lo largo de la semana, en el Tribunal de Woolwich, adyacente a la cárcel de máxima seguridad del sureste de Londres donde está recluido desde abril de 2019.
Una segunda fase del proceso judicial, con el foco atento a interrogatorios y testimonios escritos de los testigos, transcurrirá en el mismo juzgado del 18 de mayo al 5 de junio.
La defensa esbozará su postura y principales argumentos jurídicos el martes 25 y miércoles 26 de febrero, según el calendario previsto de esta primera semana de vistas públicas.
Así, Edward Fitzgerald, el abogado de Assange clave en esta fase inicial del juicio, argumentará que la reclamación estadounidense y los cargos en contra de su cliente están "políticamente" motivados y, por tanto, descartados del tratado de extradición.
La frágil salud del reclamado y las dificultades para prepararse al juicio en prisión, que sus abogados han denunciado ante los juzgados británicos constantemente, serán puntos en los que muy posiblemente también se apoyará el distinguido letrado inglés.
Baltasar Garzón, el abogado español que coordina la campaña legal internacional de Assange, seguirá el juicio desde el juzgado de Woolwich, según confirmó a Sputnik su portavoz.