"La Iglesia está llamada a caminar con los pueblos de la Amazonía (...) la tarea misionera, si quiere desarrollar una Iglesia con rostro amazónico, necesita crecer en una cultura del encuentro hacia una pluriforme armonía", sugiere el pontífice.
En la Exhortación, Francisco anuncia sus cuatro sueños relativos a la Amazonía.
- El sueño social consiste en defender a los oprimidos y proteger las comunidades indígenas, un sueño "de una Amazonía que integre y promueva a todos sus habitantes para que puedan consolidar un buen vivir".
- El segundo sueño, el cultural, trata de cuidar el "poliedro amazónico", o sea la gran variedad cultural de la región, amenazada por la "colonización postmoderna" y por la "visión consumista del ser humano".
- La protección del ambiente, que es el tercer sueño del papa, está vinculada de manera inseparable con el cuidado de los pobres. El pontífice indica que el futuro de la Amazonía está en el desarrollo sostenible y la educación ecológica de las nuevas generaciones.
- El cuarto y el último sueño concierne a la Iglesia misma, que tiene que concentrarse en la actividad misionaria, en la "inculturación" de la región", que ha de tener "un perfume marcadamente social".
En la parte conclusiva de la Exhortación, el pontífice destaca, entre otras cosas, "la fuerza y el don de las mujeres", reconociendo que es sólo gracias a ellas que se mantuvieron algunas comunidades amazónicas.
Al mismo tiempo, Francisco rechaza la clericalización de la mujer, insistiendo en que la contribución femenina en la labor eclesiástica debe consistir en prolongar "la fuerza y la ternura de María".