Francia previamente condenó el lanzamiento del cohete y pidió a Irán que cumpliera con sus compromisos asumidos en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU.
Teherán "rechazó las declaraciones de Francia y calificó el programa espacial de Irán como el derecho inalienable del país a desarrollar ciencia y tecnología", dijo Musaví en su canal de Telegram.
Asimismo añadió que el programa de misiles iraní "no tiene nada que ver con la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, ya que los cohetes iraníes no están diseñados para armas nucleares".
Varios países condenaron los ensayos del cohete portador iraní Simorgh, alegando que contradicen la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que insta a Irán a abstenerse de cualquier actividad relacionada con misiles balísticos capaces de transportar armas nucleares.
EEUU y varios otros países interpretan dicha resolución como una prohibición para Irán de lanzar cohetes de largo alcance, mientras que Rusia señala que el texto solo llama a abstenerse de lanzamientos específicos.