El mandatario sale libre de la acusación de abuso de poder y obstrucción de la justicia, los argumentos que el Partido Demócrata (PD) quiso utilizar para destituir a Trump. El arma que durante meses han utilizado sus oponentes estaba descargada desde el inicio. La mayoría republicana en el Senado libera a su candidato para afinar su reelección y deja a sus enemigos políticos carentes de material de guerra. Trump obtiene, según el instituto Gallup, un apoyo popular del 49%, el resultado más elevado desde su elección en 2016.
La superación del "impeachment" cierra una serie positiva para Trump en apenas tres días. Los demócratas le regalaron incluso uno de los ridículos políticos más sonados en los últimos tiempos. El "caucus" de Iowa, la primera prueba electoral de los candidatos del PD, un evento trascendental en la historia política de Estados Unidos, se convirtió en un fracaso y en un ridículo espantoso al fallar la aplicación que los demócratas utilizaron para el recuento de los votos.
Caos demócrata en Iowa
Iowa es solo el primer paso de una serie de votaciones que prepararán el "superbowl" demócrata este verano, pero aunque no refleja una tendencia definitiva, sí ayuda a impulsar a los más votados. Buttigieg será recompensado con un mayor seguimiento de los medios y de los donantes, y no será ya considerado un "outsider" simpático, como hasta ahora.
Bernie Sanders, la esperanza de la izquierda norteamericana y también de la internacional, no salió muy contento de Iowa. Se declaró vencedor aprovechando la confusión del recuento, pero está apercibido del peligro que supone un rival mucho más joven y que puede reemplazar a Joe Biden como el candidato del centrismo dentro del PD.
"Hooligans en el Congreso"
El enfrentamiento entre Trump y los demócratas ha roto las tradicionales normas de respeto y elegancia política institucional. La celebración del solemne discurso sobre "el estado de la Unión" reflejó el grado de "hooliganismo" que caracteriza ya la guerra política en Washington D.C.
Pelosi utilizaba así la cámara que le aseguraba una imagen fija en televisión detrás el presidente para intentar con ese gesto anular el contenido de la alocución presidencial. Algunos de sus compañeros y, sobre todo, compañeras de partido se comportaron como forofos de un espectáculo deportivo.
En ese terreno, Trump sabe moverse bien, porque a él le gusta provocar esos rifirrafes. En todo caso, su discurso obvió toda referencia al "impeachment" y se centró en lo que él considera sus éxitos en las guerras comerciales con China y otros países para crear empleos en Estado Unidos.
Buttigieg, "Eich, eich"
Todo un tratado de respeto y elegancia. Nada sorprendente en la batalla de patio de colegio en la que se ha convertido la política interna en Estados Unidos.