Hasta hace poco, China consumía unos 14 millones de barriles diarios. A modo de comparación, su demanda superaba con creces al consumo de este tipo de hidrocarburos en Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido y Japón combinados.
Sin embargo, con la caída de precios del crudo estas instalaciones, tanto privadas como estatales, no logran vender sus reservas. Este escenario se produjo a pesar de que muchos agentes del mercado mostraron optimismo respecto al crecimiento de la actividad económica en China después de que Pekín y Washington sellaran la primera fase de su acuerdo comercial bilateral.
Ahora, el mayor refinador de petróleo en China, Sinopec Group, planea reducir la producción de petróleo entre 13% y 15% en febrero, mientras que las 18 empresas independientes que operan en el país reducirán o pararán por completo el procesamiento de crudo tras sobrellenar sus bóvedas con oro negro.
Muchas tiendas, cafeterías y restaurantes permanecen cerrados en la provincia de Hubei, además muchas fábricas cesaron su producción y prolongaron vacaciones navideñas hasta el 10 de febrero. Este paro tuvo un impacto negativo sobre el tráfico de cargamentos que a su vez condujo a que disminuyesen la actividad económica y el consumo de combustible. No obstante, existen otros factores que han causado la reducción de la demanda de petróleo en China, destacó a Sputnik, Huang Xiaoyong, director del Centro para Estudios de Seguridad Internacional Energética ante la Academia de Ciencias Sociales de China.
"Actualmente, China realiza transformaciones cualitativas en su estructura de producción, regula industrias que previamente consumían un mayor volumen de petróleo. Tomando en cuenta todo eso, su sistema energético experimenta cambios: se desarrollan otras fuentes de energía, crece el consumo de gas. Todos estos factores influyen sobre el crecimiento de la demanda de petróleo", destacó.
El Gobierno chino empezó a implementar una política especial con el propósito de promocionar el uso de fuentes de energía más ecológicos. Así, las importaciones de gas aumentaron un tercio después de que el país asiático adquiriera 124.750 millones de metros cúbicos de gas en 2018.
Por si fuera poco, la Agencia Estatal de Energia de China declaró que para 2020 invertiría unos 2,5 billones de yuanes —más de 357.220 millones de dólares— en el desarrollo de fuentes renovables de energía. Estos recursos serían asignados en la construcción de centrales hidroeléctricas, eólicas y solares, así como serían utilizados para levantar centrales nucleares.
El interlocutor de la agencia considera que la situación se normalizará en la segunda mitad del 2020, una vez que China ataje el problema relacionado con la epidemia. El experto considera que la economía tiene todas las condiciones para poder crecer este año, si bien otros pronósticos auguran que el brote del coronavirus es capaz de hacerla ralentizar en el primer trimestre del año.