"Es el momento de centrarnos y renovar nuestra fortaleza para asegurar nuestro derecho a elegir y ganar la independencia de Escocia", instó en un discurso en Edimburgo.
La ministra principal rechazó la vía unilateral tomada por el Gobierno y el Parlamento catalán en 2017, pero no descartó retar en los Tribunales de Justica el derecho de Escocia a convocar el plebiscito.
Se desafiaría así la posición del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, que ha rechazado de cuajo la cesión a Edimburgo de la competencia para organizar el que sería el segundo referéndum independentista desde 2014.
El Brexit, que rechaza gran parte del electorado escocés, se reconoce entre los factores determinantes del gradual cambio de opinión en favor de la independencia, hasta superar la mayoría en el último sondeo de YouGov.
"Las circunstancias han cambiado materialmente, la asociación con la UE dejará de existir esta noche", dijo la dirigente nacionalista, tras exponer la "tristeza impregnada de ira" que el Brexit provoca en sus paisanos.
Sturgeon trató de calmar las expectativas del movimiento independentista y observó que el referéndum no llegue quizá a celebrarse este año de transición del Brexit.
Pero reiteró su posición de que el proceso soberanista debe ajustarse a la ley.
"Un referéndum, cuando sea que se produzca —tanto este año, como yo deseo, como después de las próximas elecciones [autonómicas, en mayo de 2021]— debe ser legal y legítimo, esto es un hecho simple", declaró.
Entre los "pasos siguientes" de la trayectoria a la independencia, anunció una "nueva convención constitucional", la publicación de informes detallados sobre el futuro desligado de la unión británica y una reforzada campaña electoral del SNP.
Además, el Ejecutivo de Edimburgo pedirá a la Comisión electoral que revise la cuestión del sí o no a la independencia en anticipación a la impresión de las papeletas de un plebiscito que podría quebrar el Reino Unido.