El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó a mediados de enero que las tropas turcas se estaban dirigiendo a Libia a petición del Gobierno de Acuerdo Nacional reconocido por la ONU, pero el lunes dijo que solo había asesores militares en el terreno.
"Todos acordamos que mientras se respete la tregua, el alto el fuego, nadie enviará un asesor adicional, tropas o mercenarios de ningún país vecino ... todos se comprometieron a eso", dijo Cavusoglu a la pregunta de si Turquía enviaría más asesores al país magrebí.
El canciller turco afirmó también que "mientras [el alto el fuego] sea respetado por todos, no hablaremos sobre las sanciones a Libia u otros países, sino que nos centraremos en el proceso político y cómo acelerarlo".
"En el futuro, si necesitan asistencia o una mediación, tal vez la ONU debería estar más comprometida con eso, y si la ONU necesita el apoyo o la asistencia de actores como nosotros para ese fin, entonces podemos extender nuestra participación a esto", agregó.
El 19 de enero, Berlín acogió una conferencia internacional sobre Libia con la participación de dirigentes de Alemania, Argelia, China, Egipto, EAU, EEUU, Francia, Italia, Reino Unido, República del Congo, Rusia y Turquía, así como altos representantes de la ONU, la UE, la Unión Africana y la Liga Árabe.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) January 19, 2020
También asistieron al foro los líderes rivales de Libia —el jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional, Fayez al Sarraj, y el comandante del Ejército Nacional Libio, mariscal Jalifa Haftar— aunque en ningún momento mantuvieron un cara a cara en Berlín.
Varios días antes, los líderes de las facciones enfrentadas coincidieron en Moscú, adonde fueron invitados para formalizar el alto el fuego declarado a partir del 12 de enero por iniciativa de Rusia y Turquía, pero Haftar abandonó la capital rusa sin firmar el acuerdo alegando la necesidad de consultarlo con los dirigentes tribales.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes: el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del Ejército Nacional Libio, y el Gobierno de Acuerdo Nacional avalado por la ONU, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.