"Hemos enviado, una vez más, un claro mensaje de que el norte e Irlanda se opone al Brexit conservador", celebró la formación republicana Sinn Fèin en su cuenta de Twitter.
El Sinn Fein y los unionistas del DUP aparcaron sus diferencias políticas y aceptaron compartir el Ejecutivo con las tres fuerzas menores y más moderadas del territorio: los nacionalistas irlandeses del SDLP, los unionistas británicos del UUP y la Alianza, de carácter liberal y gancho en ambas comunidades.
Los parlamentarios norirlandeses siguieron la trayectoria del Parlamento escocés, que previamente había negado su consentimiento al proyecto de ley del Brexit.
La Cámara de Holyrood, en Edimburgo, se opuso al acuerdo por 92 votos en contra y 29 a favor.
"Es importante enviar hoy un mensaje claro al Gobierno (británico) de que esta Cámara no aprueba el Brexit que nos ofrece Westminster; Irlanda del Norte y su asamblea dicen no", pidió Mathew O´Toole, exportavoz del Gobierno británico que ocupa su escaño en Belfast desde hace diez días.
Pero el no absoluto de los parlamentos autonómicos ni detendrá ni reformará el texto legislativo de la ratificación del Brexit.
El Gobierno central está en general obligado, por la llamada convención Sewel, a recabar el consentimiento de las administraciones autonómicas sobre cambios legislativos en materias transferidas que afectan a dichos territorios.
Así, Barclay asegura en su misiva que el Ejecutivo conservador ha "respetado el espíritu y la letra" de los acuerdos territoriales.
Reino Unido abandonará oficialmente la UE a las 23 horas GMT del 31 de enero, tres años y medio después del referéndum que dio la victoria al Brexit.
El 52% de electores del todo el país votó por la retirada de la UE en la histórica consulta de 2016, aunque Escocia e Irlanda del Norte se pronunciaron a favor de la permanencia.
El 1 de febrero comenzará un periodo de transición, en principio hasta final de año, según los plazos marcados por el Gobierno conservador.