Arlene Foster, del Partido Democrático Unionista (DUP, en sus siglas en ingles), y Michelle O'Neill, vicepresidenta del Sinn Fein, fueron confirmadas en sus respectivos cargos equitativos como ministra principal y viceministra principal del territorio británico.
Ambas compartirán las tareas del Ejecutivo con los dirigentes de tres fuerzas minoritarias: el partido laborista-nacionalista SDLP, la Alianza (probritánico y abierto a ambas comunidades) y el unionista moderado UUP.
"Señor presidente, usted y otros miembros de esta Cámara son republicanos irlandeses y yo soy unionista con una fuerte identidad británica, pero debemos buscar intereses comunes a pesar de nuestras diferencias", declaró Foster al aceptar su cargo, que desempeñó entre 2016 y 2017.
O'Neill reemplazará a ya difunto Martin McGuinness, cuya dimisión como viceministro principal en frustración con sus socios unionistas de Gobierno precipitó el colapso de las instituciones autonómicas.
La campaña armada del IRA y las represalias de grupos lealistas británicos se cobraron más de tres vidas en la provincia entre 1969 y hasta el Acuerdo de Viernes Santo de 1989.
El llamado legado de la violencia —los mecanismos para alcanzar la verdad y la justicia por los crímenes del pasado— despunta entre los capítulos pendientes que la propuesta anglobritánica tan solo recoge de pasada.
Naomi Long, líder de la Alianza, accedió a la delicada cartera de Justicia sin ninguna oposición del resto de miembros de la Asamblea de Stormont, a las afueras de Belfast.