"Libia forma parte de nuestro vecindario europeo. Hay una brutal guerra de terceros allí. Turquía, Rusia, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos figuran entre los involucrados. Los partidos de la guerra civil libia solo pueden luchar entre sí porque reciben apoyo militar del extranjero. Tenemos que detenerlo para que Libia no se convierta en la nueva Siria", afirmó Maas en una entrevista con el diario Bild am Sonntag.
Sin esta ayuda externa, agregó Maas, las partes beligerantes en Libia no podrán continuar sus luchas.
"Queremos que los bandos enemigos se encaminen hacia un proceso de paz", dijo.
A través del llamado proceso de Berlín, la diplomacia alemana busca apoyar los esfuerzos del secretario general de la ONU, António Guterres, y de su enviado especial, Ghassan Salamé, para evitar una escalada militar del conflicto en Libia y relanzar el proceso de reconciliación.
Este 19 de enero, Berlín acogerá una conferencia internacional sobre Libia a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, a la que la canciller federal Angela Merkel, invitó a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, EEUU, Francia, el Reino Unido y Rusia), así como a Italia, los Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Egipto, Argelia y la República del Congo.
También fueron invitados al foro los líderes de los bandos rivales de Libia —Fayez Sarraj y Jalifa Haftar— y varios organismos internacionales, como la ONU, la Unión Europea, la Unión Africana y la Liga Árabe.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes: el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del Ejército Nacional Libio, y el Gobierno de Acuerdo Nacional avalado por la ONU, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.