Irak decidió sacar del país a los militares de EEUU después del ataque aéreo estadounidense el 3 de enero que mató a Qasem Soleimani, un importante general iraní cuya muerte provocó una escalada de tensión entre Washington y Teherán. El ataque tuvo lugar en la capital iraquí, Bagdad.
El Parlamento iraquí votó a favor de expulsar a unos 5.300 soldados estadounidenses del país.
La advertencia fue transmitida al primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, telefónicamente, según un funcionario de la oficina presidencial. En la conversación también se trató la asociación militar, política y financiera entre los dos países y las sanciones que pueden deparar a Bagdad.
A su vez, Abdul Mahdi aseguró que la retirada de las tropas estadounidenses es la única manera de evitar el conflicto en Irak porque Estados Unidos no confía en las fuerzas de seguridad del país para proteger a sus tropas.
La amenaza financiera no es solo teórica, destaca el periódico. "La Reserva Federal de Estados Unidos básicamente domina toda la economía [iraquí]", dijo Shwan Taha, presidente del banco de inversiones iraquí Rabee Securities, a WSJ.
A Estados Unidos le preocupa que la salida de sus fuerzas lleve a que la moneda estadounidense sea redirigida a Irán y a sus demás adversarios, según personas familiarizadas con el asunto. Así, el dólar estadounidense es utilizado por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán para pagar a extranjeros que luchan contra Estados Unidos y sus aliados en la región, incluyendo a Irak, según los funcionarios estadounidenses.
La Reserva Federal de Nueva York no revela públicamente cuánto dinero el Banco Central de Irak guarda allí, pero de acuerdo con la declaración del banco iraquí, a finales de 2018 ascendía a 3.000 millones de dólares.