En su diario, el navegante español los describió erróneamente como "Caniba", los súbditos asiáticos del Gran Khan, en su idea de que había llegado a las Indias. Colón relató incluso cómo los pacíficos indígenas arawaks, nativos de lo que hoy es Bahamas, vivían temerosos por estos devoradores.
De todos modos, siempre fue un misterio para la comunidad científica que los indígenas caribes, localizados geográficamente en Suramérica, pudieran haber viajado casi 1.600 kilómetros al norte y establecerse en otras tierras.
Aunque estudios anteriores prueban la presencia de los Caribe en las islas de Jamaica, La Española y Bahamas a través de artefactos como herramientas y cerámica, un nuevo estudio agrega una evidencia biológica.
Ann Ross, profesora de ciencias biológicas en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y autora principal de la investigación, analizó más de un centenar de cráneos que datan de los años 800 a 1542.
Para ello utilizó "puntos de referencia" faciales tridimensionales, como el tamaño de la cuenca de un ojo o la longitud de una nariz, y descubrió que además eran personas que estaban relacionadas entre sí.
Sin embargo, los primeros habitantes de las Bahamas y La Española no eran de Cuba como comúnmente se pensaba, sino del noroeste del Amazonas: los Caribes. Alrededor del año 800 se dirigieron al norte hacia La Española y Jamaica y luego a las Bahamas, donde estaban bien establecidos cuando Colón llegó.
"Esto cambiará la perspectiva sobre la gente y la población del Caribe", aseguró Ross.