Polémico en cada paso y declaración que dio en 2019, el mandatario cerró su primer año con una caída significativa de su popularidad. A solo unos pocos meses de asumir, la aprobación de la gestión de Jair Bolsonaro había disminuido al 30 % de apoyo, mientras que 36 % de la población dijo que su Gobierno no era bueno, según reveló una encuesta de Datafolha.
"El primer mérito del año de Bolsonaro es la construcción de una base parlamentaria fundamentada en su partido originario, el Partido Social Liberal, y en los demócratas, que han respaldado la agenda del Ejecutivo en más del 90 % de las ocasiones", explicó en diálogo con Sputnik el investigador Patricio Gómez Talavera, experto en política brasileña.
El segundo mérito, continuó, refiere a la "moderada y muy tímida" expansión económica, que de acuerdo al Banco Central de Brasil habría alcanzado el 1 % en 2019 según estudios preliminares, y podría llegar al 2,2 % en 2020.
"Esto al fin ha repercutido en la generación de empleos, aunque básicamente están vinculados al sector no formal. Implica ciertas limitaciones a la hora de asumir una recuperación económica como obra del Gobierno. De todas formas, por supuesto, Brasil está muy lejos de la generación de puestos de trabajo anterior a la crisis", agregó.
Un nombre clave en el planeamiento y puesta en práctica de estos planes fue el de Paulo Guedes, ministro de Hacienda que cuenta entre sus logros con la aprobación de una polémica reforma de pensiones.
"Brasil, como muchos países de la región, tiene un problema con su pirámide demográfica que es la tendencia de envejecimiento de la población que hace más oneroso al sistema previsional. Esta reforma es sustancial, no es light y todavía faltan completar sus detalles más importantes como el caso de los funcionarios públicos, los militares y los policías. Eso, creo, es el gran legado de Guedes en materia económica", concluyó.