"Cualquiera que nos ataque recibirá un golpe estruendoso", dijo el primer ministro en una conferencia en Jerusalén después de que Irán lanzara un ataque de misiles de represalia en bases utilizadas por las tropas estadounidenses en Irak.
"Qasem Soleimaní era responsable de la muerte de incontables inocentes (…) Desestabilizó muchos países. Durante décadas, sembró miedo, miseria y angustia. Y planeaba cosas mucho peores", afirmó el primer ministro israelí.
En Oriente Medio, "ningún día es como otro. La agitación regional continúa. La lucha entre los extremistas y los moderados sigue", dijo el jefe del Gobierno israelí.
"Por un lado está el islam radical liderado por Irán, que busca arrebatar grandes secciones de la zona a través del terrorismo criminal y agarrarnos, estrangularnos y eliminarnos porque entienden que la mayor fuerza de la cultura occidental se encuentra aquí, en el Estado de Israel", subrayó Netanyahu.
Según él, muchos líderes de Oriente Medio, a los que incluyó en el "campo pragmático" están de acuerdo con él.
Este campo, comentó, "entiende la campaña por la existencia, por la vida, por el futuro".
El Estado de Israel es "el ancla de la estabilidad en estas aguas tormentosas. Los desafíos a los que nos enfrentamos no disminuyen, al contrario", recalcó Netanyahu, que volvió a reiterar el apoyo incondicional de Israel a Estados Unidos.
"América no tiene mejor amigo que Israel e Israel no tiene mejor amigo que América", sentenció.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), que asumió la autoría de los ataques, advirtió que se trata de una respuesta al asesinato del general Qasem Soleimaní y amenazó con más represalias en el marco de lo que bautizó como la 'Operación mártir Soleimaní'.
Según los medios, los ataques iraníes comenzaron a las 1.20 locales, la misma hora del asesinato de Soleimaní el 3 de enero.