La aparición de la enfermedad en una ciudad con una población de 11 millones de personas generó especulación sobre la reaparición del extremadamente contagioso SARS. Sin embargo, las autoridades descartaron estos rumores.
"Hemos excluido varias hipótesis, en particular que se trata de una gripe, una gripe aviar, un adenovirus, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) o que sea el Síndrome Respiratorio del Oriente Medio (MERS)", informaron en la comisión de sanidad de Wuhan.
Para 31 de diciembre se había informado de 27 personas afectadas, pero su número ya ascendió a 59, siete de las cuales se encuentran en estado grave. Por el momento, ninguna de ellas ha muerto y están actualmente en cuarentena. La infección ocurrió a mediados de diciembre de 2019, pero hasta ahora no se han encontrado pruebas definitivas de una transmisión entre humanos.
Uno de los síntomas principales es el aumento de la temperatura corporal, pero algunos de los pacientes tienen problemas respiratorios y las radiografías muestran que tienen lesiones invasivas en ambos pulmones. En la organización destacaron que los síntomas sufridos por los pacientes son comunes a varias enfermedades respiratorias.
Al mismo tiempo, la OMS se abstuvo de imponer restricción alguna a los viajes a la región afectada o limitar las relaciones comerciales.
SARS: el asesino nacido en China
Se cree que este virus, que afectó a unas 8.000 personas por todo el mundo, se originó en 2002 en la sureña provincia de Guangdong, en China. Esta notoria enfermedad mató a 349 personas en China y otras 299 en Hong Kong. En total, por todo el mundo, fallecieron más de 900 personas a causa de esta enfermedad.
Al mismo tiempo, la OMS criticó a las autoridades chinas por haber reportado un número inferior de casos y el brote, que acabó en 2004, le costó el puesto al que era el ministro de Sanidad, Zhang Wenkang.