Investigadores pronostican un "caos climático" en nuestro planeta si se mantiene la política actual hacia el aumento global de la temperatura. Una rápida reducción de los glaciares en el Ártico y la Antártida que afectará la circulación y la temperatura de los océanos y el aire para finales de este siglo es apenas un ejemplo. Las consecuencias son desastrosas y ya empezaron.
Balance ambiental de la década
- La deforestación en la Amazonía brasileña aumentó en 80% en septiembre de 2019 en comparación con el mismo mes del año anterior, alcanzando las 80.200 hectáreas deforestadas, según datos divulgados por el Instituto del Hombre y del Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon). La mayor parte de la destrucción de selva tuvo lugar en el estado de Pará (norte), que concentró el 53% de la deforestación.
- La isla de basura que navega por el océano Pacífico contiene aproximadamente 1,8 billones de fragmentos de plástico, y no para de crecer. Según el informe de la fundación The Ocean Cleanup, la cantidad de basura hallada en la zona es unas 16 veces mayor de lo estimado: tiene una superficie de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, o sea, el doble del tamaño de Texas o tres veces el tamaño de Francia.
- Los científicos de la Universidad de California llevaron a cabo el estudio más extenso de la historia sobre el estado de la capa de hielo en la Antártida y se toparon con hallazgos desalentadores. Los especialistas analizaron las imágenes de 176 bahías ubicadas en 18 regiones del continente blanco que se tomaron en el transcurso de 40 años. Entre 1979 y 1990 hubo una pérdida anual de 40.000 millones de toneladas de hielo. Pero ya a partir de 2009 esta cifra había ascendido hasta los 252.000 millones de toneladas. El derretimiento del hielo es consecuencia del cambio climático, ya que las zonas que más masa perdieron fueron las adyacentes al agua más templada del océano.
- El aumento de temperatura. Los investigadores pronostican un "caos climático" en nuestro planeta si se mantiene la política actual hacia el aumento global de la temperatura. Se trata de una rápida reducción de los glaciares en el Ártico y la Antártida que afectará la circulación y la temperatura de los océanos y el aire para finales de este siglo. El deshielo acelerado en las latitudes árticas y los glaciares en Groenlandia conllevan riesgos infravalorados, advierten los científicos —de Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, Alemania y EEUU— en su reciente informe, publicado en la revista Nature.