"Espero que todos los representantes de las organizaciones internacionales periodísticas y de derechos humanos presten atención al comportamiento de las autoridades de Estonia", dijo Soloviov a Sputnik.
Subrayó que "su trato a la redacción de Sputnik abiertamente viola todas las normas de libertad de prensa y de difusión de la información".
El grupo mediático Rossiya Segodnya, matriz de Sputnik, informó previamente que los empleados de Sputnik en Estonia se ven obligados a abandonar su trabajo después de haber recibido cartas de la Policía y la Guardia de Fronteras de Estonia con amenazas directas de iniciar un proceso penal en su contra si no dejaban de trabajar para el medio antes del 1 de enero de 2020.
Por su parte, el representante de la OSCE para la libertad de prensa, Harlem Désir, destacó que Sputnik no se encuentra en la lista de empresas rusas sancionadas por el bloque comunitario e instó a las autoridades estonias a que se abstengan de imponer restricciones innecesarias en el trabajo de los periodistas extranjeros.
El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó el acoso a Sputnik Estonia como "una manifestación de cinismo", y la Cancillería rusa catalogó lo ocurrido de "persecución inaceptable".
La jefa del Senado ruso, Valentina Matvienko, prometió una respuesta "adecuada y severa" si Tallin no cesa su intimidación.