Personas con trastorno del espectro autista y animales sufren graves problemas de salud con las explosiones. 50 % de los lesionados son niños y 30 % son espectadores, ni siquiera quienes los manipulan, según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Y sin embargo, en gran parte de Argentina la única restricción para comprar un explosivo legal es ser mayor de edad.
"De cada 10 lesionados, cinco son niños menores de 15 años, y entre estos los más afectados son los varones de entre 10 y 15 años. Las lesiones por pirotecnia clandestina son más graves, pero no llegan a ser ni el 10 % de los casos", dijo a Sputnik Rubén Zabala, médico pediatra y secretario del Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la SAP.
Curiosamente, la denostación de la pirotecnia ilegal es el argumento de defensa de las empresas oficiales, que insisten por un lado en que la prohibición fomentará la clandestinidad. Por otro lado, aseguran que uso es parte de la tradición durante las festividades en el país, al tiempo que culpan a las redes sociales de promover su rechazo.
El Estado y la pirotecnia
Las quejas del sector fueron respuesta al decreto firmado por el presidente argentino, Alberto Fernández, a través del que se prohibió el uso de fuegos artificiales sonoros (con estruendos superiores a los 84 decibeles) de todo acto oficial.
No es la primera vez que la industria ejerce presión. A fines de 2018, no prosperó un proyecto de ley nacional de Pirotecnia Cero impulsado por la Asociación de Padres de Niños Autistas (Apadea).
Este año, una ordenanza de 2017 que prohibía la pirotecnia en municipios de la provincia de Buenos Aires fue declarado inconstitucional luego de la apelación de la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (Cadefa).
Estas fiestas, solo en 100 municipios de diferentes regiones del país estará prohibida la comercialización y uso de estos materiales. En la provincia de Buenos Aires son 25 municipios, también en la ciudades de Tucumán, Mar del Plata, Salta y Comodoro Rivadavia. La ciudad de Buenos Aires no está incluida pero cuenta con restricciones para el uso en espacios públicos.
Fuegos artificiales: precaución antes que todo
Las explosiones de los fuegos artificiales traen graves secuelas en personas con autismo, extremadamente sensibles a los estímulos exteriores, así como en las mascotas y otros animales, que pueden sufrir alteraciones nerviosas y cardíacas que pueden poner en riesgo sus vidas en caso de sufrir ataques.
"La conciencia social ha contribuido y hay una reducción notable en todo el mundo en el uso de pirotecnia con estruendo. Es una cuestión cultural muy arraigada al festejo pero a nosotros nos gustaría que hubiera otra forma de celebrar que no termine con un chico en una guardia de hospital", concluyó Zabala.