Manuel Noriega fue una persona muy compleja. Inicialmente fue partidario del general Omar Torrijos Herrera, quien encabezó el golpe de Estado de 1968 y se convirtió en el líder del país centroamericano. Durante el Gobierno de Torrijos se acordó la devolución del control del canal de Panamá.
En aquella época, los norteamericanos ejercían el control sobre el canal, que tenía una importancia estratégica crucial para la economía mundial. Panamá era —y es— un lugar muy importante tanto para EEUU como para todos los países del hemisferio occidental, y en particular para América Latina. Quienes se mostraban a favor del traspaso del control sobre el canal de Panamá contaban con el apoyo del pueblo panameño, entre ellos Torrijos y Noriega, añadió Travkin.
¿Cómo ven los panameños a Noriega a día de hoy?
"Noriega ha sido una figura bastante controvertida. Durante un tiempo fue agente de la CIA y cumplió órdenes de Estados Unidos. De hecho, los norteamericanos nunca perdieron la oportunidad de aprovechar sus activos en Panamá", expresó.
La paciencia de Estados Unidos se agotó e introdujo medidas resueltas contra Noriega. La insatisfacción de Washington con el líder panameño culminó con la operación Causa Justa y su consiguiente destitución. Noriega intentó encontrar refugio en una embajada extranjera, pero al final los estadounidenses dieron con él. Una vez en sus manos, lo detuvieron y lo juzgaron.
Cuando se dio a conocer que había trabajado para la CIA, la percepción que se tenía de Noriega se dividió en dos bloques: por un lado, los que consideraban que había servido como lacayo de EEUU; mientras que, por el otro, estaban quienes ponían en valor que trató de defender a Panamá de la agresión norteamericana.

Otro problema con la opinión pública respecto a Noriega tiene que ver con el hecho de haber patrocinado el narcotráfico, algo que, evidentemente, no fue bien recibido por muchos de sus compatriotas.
"En una ocasión, fui de visita a Panamá y hablé con muchos periodistas locales. Me encontré con el director de un medio panameño que había estudiado odontología y me dijo que Noriega era como un diente podrido, de manera que arrancarlo fue positivo. Esto describe más o menos que en Panamá hay una amplia gama de opiniones hacia su figura", indicó Travkin.
El acercamiento a la URSS, la causa de la agresión de EEUU
Cuando Noriega decidió dar la espalda a los estadounidenses y establecer lazos estrechos con el bloque comunista, y en particular la URSS, su suerte quedó echada. Ese desenlace no convenía a la Casa Blanca.
"Washington estaba totalmente en contra de aquellos gobiernos prosoviéticos, porque ya entendía lo que podía pasar, habida cuenta del ejemplo de Cuba, donde la URSS ayudó a sentar las bases de una sociedad socialista. Fue una experiencia triste para la Casa Blanca, porque los cubanos lograron defender su soberanía en la lucha contra EEUU —la invasión de bahía de Cochinos de 1961—", declaró el director de la revista Latinskaya Amerika.

La parte estadounidense quería evitar la aparición de una segunda Cuba en América Latina. A lo largo de varias décadas, Washington patrocinó una serie de golpes de Estado en toda la región —Plan Cóndor— y, de esta manera, impuso su ley en lo que consideraba su patio trasero, dijo.
"La determinación de Noriega de estrechar relaciones con la Unión Soviética condujo a Washington a derrocarlo", confirmó Travkin.
Las invasiones de EEUU siguen cada vez el mismo patrón
Estados Unidos introdujo en 1989 sanciones y el bloqueo de fondos del Banco Nacional panameño para desestabilizar la situación en el país y debilitar al Gobierno de Noriega.
"Sin duda, estos acontecimientos siguen la misma línea. Los parecidos saltan a la vista. La presión económica es una de las maneras más efectivas que EEUU emplea para influir sobre otros países. Pero el resultado cada vez es diferente. Puede orquestar golpes de Estado o limitarse al bloqueo de las cuentas bancarias de ciertos Estados", explicó.

Imponen su mano dura contra los países que se niegan a seguir sus órdenes y actúan en desacuerdo con sus intereses económicos. La gente en Washington cree que todas las medidas son buenas si resultan efectivas. No hace falta esperar que los estadounidenses abandonen esta política de presión multilateral, vaticinó.
Travkin recalcó que Venezuela es el ejemplo de un país que logra no sucumbir a las presiones por parte de Estados Unidos. A diferencia de muchos otros, Caracas ha conseguido resistir a las sanciones impuestas por Washington. Pero, al mismo tiempo, Venezuela debe de permanecer alerta, porque no se sabe si al final se dará un escenario similar al que EEUU llevó a cabo en Panamá en 1989, concluyó.