"Por los aún vigentes Tratados del Canal, específicamente el llamado Tratado de Neutralidad, EEUU, aunque ya no ejerce la soberanía sobre la franja del Canal, conserva el derecho a intervenir militarmente si el Canal fuese cerrado o se alterase su funcionamiento", dijo.
Precisó que se trata de "un compromiso compartido con el país centroamericano, aunque Panamá carece de Ejército por mandato constitucional".
"Cada uno que saque sus conclusiones", ironizó el autor del libro publicado en 2014 por la editorial Los Libros de la Catarata.
López Cerezo describió a esta agencia el proyecto de ampliación del Canal de Panamá como "un enorme desafío de ingeniería, en selección de materiales, diseño estructural y especialmente la construcción de las enormes compuertas usadas en las esclusas", que "darán paso a buques de mayores dimensiones y tendrán un funcionamiento más rápido y eficiente en el consumo de agua".
El experto recordó "que debemos ser conscientes de que un porcentaje muy alto de las mercancías que se mueven por todo el mundo lo hace por vía marítima", así como que hay "hay una tendencia además al aumento del número de buques y del tamaño de éstos".
Con todo, aunque "se trata de un proyecto con objetivos económicos, muy ambiciosos", no tiene "la clara agenda política del Canal original", matizó.
Entonces, explicó López Cerezo, "según los historiadores y analistas políticos de la época", Washington tenía dos metas: "promover el comercio entre costas e internacional de EEUU y facilitar el control de los mares a escala global".
"A principios del siglo XX, EEUU era una potencia emergente con un gran excedente de producción, y el Canal era la llave para la expansión de sus productos hacia los mercados europeos y también hacia los nuevos mercados de Asia", dijo.
Por otro lado, "Roosevelt estaba obsesionado con el control de las vías marítimas como elemento clave para afianzar el dominio geopolítico de EEUU".
El Canal de Panamá "era el reactivo para poner en marcha ambos procesos, la expansión comercial y la expansión político-militar, como parte de un mismo proyecto para alcanzar un papel protagónico a nivel global".
En este caso, no obstante, "conviene ser cautos", advirtió este experto.
López Cerezo, que también es coordinador de la red temática CTS del programa de ciencias de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), señaló que "el control de la vía interoceánica por el Gobierno de Panamá, después de la restitución fáctica del Canal por EEUU en el año 2000, le proporcionará no solamente alrededor de 2.500 millones de dólares de ingresos anuales, sino también una posición privilegiada como actor del escenario económico global".
"Si entendemos la política como un capítulo de la economía en este mundo globalizado del 'fin de la historia', entonces sí, el proyecto de ampliación tiene también una lectura geopolítica", sentenció.